
Raviolis de calabacín rellenos de queso fresco, nueces y espinacas con brotes y flores

Ingredientes
Para 8 personas:
- Dos calabacines por persona
- Queso fresco
- Ajo picado
- Jengibre picado
- Espinaca
- Nueces
- Vino blanco
- Crema de verduras
- Crema de remolacha
- Aceite
- Flores y brotes
El plato que presenta este local donostiarra es uno de los más exitosos desde que abrió sus puertas en 2014. Es la creación que figura en su web, un plato tan rico como vistoso. Sin duda, uno de los más demandados por la clientela.
La siguiente propuesta culinaria es vegetariana, ya que en ‘Kaxilda’ ofertan siempre algunos platos vegetarianos tanto en su carta como en su menú del día. Un claro ejemplo del alma de este punto de encuentro, que es, exactamente, crear opinión crítica desde la cultura y la gastronomía.
Nota nutricional: El calabacín es originario de América y los primeros que lo degustaron –el primitivo, ya que actualmente los que conocemos son cruces- fueron los nativos americanos. Un producto sano y ligero, ya que el 95% es agua con apenas calorías. Contiene cantidad de minerales y oligoelemento, tales como potasio, fósforo, magnesio y calcio. También vitaminas A, C y B3 así como fibra.
Para 8 personas:
- Dos calabacines por persona
- Queso fresco
- Ajo picado
- Jengibre picado
- Espinaca
- Nueces
- Vino blanco
- Crema de verduras
- Crema de remolacha
- Aceite
- Flores y brotes
- Elaboración
Para el relleno, lo mejor es usar queso fresco. Después se le añade ajo picado y jengibre picado; unas dos cucharadas de té de cada uno. Más tarde, rehogamos en ello la espinaca con aceite; la escurrimos bien y se la añadimos al queso.
Con una mandolina o a cuchillo, se cortan los calabacines. Luego se escaldan y en cuanto estén blanditos, se pueden ya rellenar.
La crema es, en concreto, una crema de verduras, que se le añade también vino blanco para que tome otra textura y sabor. Todo lo de alrededor es una crema de remolacha para terminar el emplatado con unas nueces y flores.
Preparación
- Elaboración
Para el relleno, lo mejor es usar queso fresco. Después se le añade ajo picado y jengibre picado; unas dos cucharadas de té de cada uno. Más tarde, rehogamos en ello la espinaca con aceite; la escurrimos bien y se la añadimos al queso.
Con una mandolina o a cuchillo, se cortan los calabacines. Luego se escaldan y en cuanto estén blanditos, se pueden ya rellenar.
La crema es, en concreto, una crema de verduras, que se le añade también vino blanco para que tome otra textura y sabor. Todo lo de alrededor es una crema de remolacha para terminar el emplatado con unas nueces y flores.