
Las 3 Huellas: un restaurante con huella mediterránea

El primer gastro chill out de Valencia ha abierto sus puertas con una cocina mediterránea y de fusión donde el espíritu joven y la buena cocina se dan la mano en un entorno especial: una harinera del siglo XIX.
No es fácil encontrar dentro de la ciudad un restaurante que recoja en un mismo entorno lo que ofrece Las 3 Huellas. Intimidad, diseño, buena cocina y un trato cercano son la carta de presentación del primer gastro chill out que ha abierto sus puertas en Valencia y que está ubicado en un emblemático edificio de una antigua fábrica harinera que data del siglo XIX. Un espacio clásico de decoración ecléctica que combina a la perfección con la modernidad de los platos que salen de su cocina.
Este nuevo punto de encuentro para los amantes del buen comer, que nace de la inquietud de dos jóvenes empresarios con experiencia en el sector hostelero, se ha convertido en tan sólo un par de meses en un punto de encuentro desenfadado donde poder tapear a cualquier hora del día a precios asequibles.
Así, el alma mater de Las 3 Huellas es la empresa valenciana Salsia Food and Feeling, formada por Juan Carlos Lluch y Alejandra Izquierdo. Con este “capricho gastronómico”, tal y como a ellos les gusta denominarlo, pretenden dar a conocer un nuevo concepto culinario basado en una cocina mediterránea e innovadora donde el máximo protagonismo lo adquiere el producto de temporada y de máxima calidad. En definitiva, pretenden que el cliente experimente un viaje sensorial por la gastronomía española sin salir de la capital del Turia.
Manjares que pueden ser maridados con cualquier vino de la carta de forma individual, de manera que cada comensal puede elegir uno diferente para cada plato sin necesidad de compartir botella. Además, es el mismo personal del establecimiento el que te aconseja el vino perfecto pero siempre respetando una regla fundamental: disfrutar de la comida y del vino que la acompaña. Cuentan con una amplia bodega de referencias muy distintas pero donde se da protagonismo principalmente a los ricos vinos de la tierra.
Porque lo importante para sus propietarios es que te sientas como en casa. Alejandra ha cuidado personalmente los detalles que dan vida a cada rincón. Materiales dignos de coleccionista comprados en anticuarios y rescatados, en ocasiones, del mismo rastro. Fotos de antepasados, un depósito antiguo de gasolina e incluso un cuadro de mandos de autoescuela se fusionan con un mobiliario de aire vintage, mesas sin mantel y paredes forradas de madera.
Un carácter informal del que se ha buscado dotar al entorno que se encuentra distribuido en 3 espacios diferenciados. Una terraza exterior, situada junto a la fachada principal del hotel que lo alberga, te da la bienvenida transformándose a media tarde en un entorno chill out con música ambiental, de lo más relajante y provocador.
La sala principal tiene una capacidad para unas 70 personas aunque estos jóvenes emprendedores también se encargan de la gestión de todos los salones del hotel. Pero, sin lugar a dudas, el patio interior es la verdadera joya del entorno donde poder celebrar eventos al aire libre y de más envergadura.
Un local de espíritu relajado, liberador, mediterráneo y muy auténtico donde se ve impresa la huella de sus propietarios.
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