Asador Marino Tinta Negra

El chef: José Manuel Berenguer 

El alma de Tinta Negra es el chef José Manuel Berenguer, cocinero de raíces almerienses con una trayectoria sólida y diversa. Formado en la Escuela de Hostelería de Sevilla y curtido en sus inicios en cocinas como Casa Gerardo (Asturias), Echaurren (La Rioja), La Costa (El Ejido) o Tubal (Tafalla), ha sido jefe de cocina en restaurantes reconocidos en la provincia de Almería, como Casa Pepe, Mistela o El Asador, además de algunos hoteles. Tinta Negra es su segunda aventura empresarial personal. Entre 2008 y 2014, siendo muy joven, fue el propietario de Restaurante La Soleá (Almerimar) donde ya apostaba por los pescados y mariscos frescos de lonja. 

Su cocina bebe de la tradición, del respeto al producto y de un conocimiento poco común sobre el mar. No en vano, Berenguer es también aficionado a la pesca deportiva, una pasión que le ha permitido comprender a fondo las especies locales, sus temporadas y las técnicas de pesca comercial, lo que se traduce en una selección de materia prima y una manipulación experta. 

La carta: brasas, lonja y mucho más 

La joya de la corona en este templo son los pescados y mariscos frescos de las lonjas cercanas que muestran en una vitrina en la que indican el precio (por kg.) de cada una de las piezas expuestas. Suelen tener gamba roja, gamba blanca, ostras, cigalas, quisquillas, rodaballos y ventresca de atún, además de los pescados anteriormente mencionados. Son piezas que pueden alcanzar hasta dos kilos de peso y que se cocinan enteras o por raciones de entre 400 y 500 gramos cuando son de mayor calibre. Se trata de piezas que exigen técnica refinada en su manipulación, despiece y correcta cocción sobre las brasas. Es importante subrayar que la calidad del fuego no es un asunto menor: Berenguer utiliza una mezcla precisa de leña de encina y carbón de quebracho argentino, aunque a veces lo sustituye por marabú cubano. 

En Asador Marino Tinta Negra también aprovechan cortes menos convencionales de grandes pescados —como las cabezas, las parpatanas o incluso la raspa del atún— para ofrecer al comensal sabores más intensos y formatos menos habituales. 

Son fueras de carta que se apoyan en una selección estable de platos que también goza del favor del público con propuestas como el tuétano a la parrilla con tartar de quisquilla, los buñuelos de bacalao con alioli de tinta, el canelón de pato, la tortilla vaga de calabacín y gamba blanca de Almería, la flor de atún con ajoblanco o el tartar de salmón con espuma de coco y helado de mandarina. 

Para quienes buscan marisco fresco en Almería, son imprescindibles las famosas gambas rojas de la zona, además de la quisquilla del Mar de Alborán. Mejor cruda, pero también la pasan por la brasa para quien lo prefiera. Y aunque no es tan popular, el chef tiene una especial predilección por la gamba blanca de Almería a la parrilla. 

Los carnívoros irredentos también pueden encontrar aquí su sitio. Este restaurante de Almería no se olvida de ellos y propone en su carta algunas carnes selectas que se cocinan a la parrilla: presa ibérica, solomillo de vaca vieja, hamburguesa de Angus o lomo de vaca... Pocas opciones, pero de una calidad que no desentona con el resto de la propuesta. 

Como el chef Berenguer también trabajó con frecuencia en partidas de pastelería, es obligatorio probar al menos uno de sus postres caseros. Imprescindibles la tosta templada con manzana y helado de miel, el arroz con leche de coco y helado de nueces de Macadamia o la torrija tostada con sopa de cacao y helado de coco están entre los favoritos. Conviene pedirlos con antelación, porque algunos requieren algo de espera. 

Una experiencia cálida y honesta 

Tinta Negra le ha dado una segunda vida a un conocido local en el que muchos años estuvo ubicado un popular asador castellano. Con un ligero lavado de cara con toques de pintura azul marino y algunos manteles a juego han conseguido para su salón principal, que ahora preside un gran pulpo monocromático, ese aire marinero que propone su carta, pero sin perder la sobriedad y la elegancia de antaño.   

Como tiene que ser en un asador de pescado, lo primero que llama la atención al entrar en el local es el fuego. Las brasas siempre están candentes frente a la puerta principal. Y a pie de parrilla, José Manuel Berenguer, controlando tiempos y temperaturas. 

La atención de sala es cercana y profesional. Los comensales se sienten bien atendidos y las opiniones que dejan en redes sociales muestran una sensación compartida de equilibrio entre la sencillez y la sofisticación. Su clientela es bastante fiel y repite la experiencia de manera asidua, pero desde la mención en la guía Michelin reciben más visitantes extranjeros y turistas alojados en hoteles cercanos. 

Sin duda Asador Marino Tinta Negra es una buena opción para los aficionados a los restaurantes de pescado y marisco fresco en Almería. Especialmente para aquellos que busquen nuevas sensaciones con los productos que ofrece el Mediterráneo. Esa mezcla de aroma a brasas con el sabor y textura de pescados poco habituales suponen el descubrimiento de algo nuevo en la cocina de siempre. Este restaurante respira Almería y, al mismo tiempo, podría estar en cualquier gran ciudad gastronómica del mundo sin perder el alma mediterránea que lo hace único.