A veces, un simple detalle convierte lo bueno en exquisito. En esta afirmación se basa la filosofía de Matiz, un restaurante que abrió sus puertas en Málaga a finales de marzo con una cocina y una estética muy cuidadas y diferenciadas. Un lugar donde el comensal encuentra micro-experiencias en cada plato, donde suceden cosas en torno a la gastronomía y donde el concepto de compartir, degustar y experimentar toma una nueva dimensión.
La cocina de Matiz es obra del chef Marcos Granados, quien ha concebido la carta con una oferta gastronómica centrada en el producto de temporada y la materia prima, pero también en esos matices que hacen que cada plato vaya un paso más allá y que suponen la impronta propia de Granados. El chef juega en la carta, y lo hace con las texturas, los puntos de cocción, con las intensidades y con los tiempos de maduración. La intención es crear un universo gastronómico propio, un sello “Matiz” con carácter único materializado en una cocina de base tradicional mediterránea, reinventada, fresca y actual, con detalles y giros sutiles que hacen que cada plato cuente su propia historia.
Entre las propuestas más autóctonas, la carta ofrece canelones de chivo malagueño, su jugo trufado y portobello a la parrilla; sashimi de salmonete con su aliño moruno; y taco de presa ibérica a las brasas, manzana osmotizada con anís, puré cremoso de naranja y zanahoria con trigo sarraceno. Todas las elaboraciones tienen unos emplatados muy cuidados y visuales y giran en torno a ese concepto de matices que el restaurante quiere transmitir en toda su propuesta y estética para que la experiencia culinaria sea completa.
Algunos platos que también merecen atención especial son el ajoblanco de naranja con concha fina, almendras torrefactas y cebolleta al horno; el carpaccio de solomillo, rúcula, espuma de patata y trufa, parmesano, mostaza verde y escamas de sal ahumada; los huevos revueltos con bacalao, cebolla tierna de Coín y ajos tiernos con espuma de azafrán; el guisillo de ternera y curry con jalapeño y torta de Parmesano; y la merluza confitada en AOVE a 63 grados, arroz cremoso de sus espinas con cebollino fresco y puré de raíz de apio.
En los postres no puedes dejar de pedir las galletas rotas con cremoso de praliné de avellanas, espuma de vainilla y chocolate “machacao” y la tartita de frambuesa con sopa de pasión, chutney de piña y enebro y sorbete de yuzu. Ambos son dos auténticos “best sellers” del momento dulce que ofrece el restaurante.
Además, Matiz se ha convertido en un lugar de encuentro en la capital, ya que el restaurante está pensado para que encontremos lo que andamos buscando en cada momento del día… Un desayuno, un menú (tienen uno ejecutivo y otro gastronómico), comer a la carta, una merienda… Además, toda la carta está pensada para que los platos se puedan compartir, y todo ello con muy buena relación calidad/precio.
En su propósito de convertirse en punto de encuentro de los malagueños en el centro de Málaga, el restaurante incorpora a su oferta un bar y servicio de coctelería, convirtiéndose así en un espacio polivalente abierto al público durante todo el día. Matiz también ofrece una variada agenda mensual de actividades en torno a la gastronomía, los vinos y la coctelería.
Calle Bolsa, 14
29015 Málaga Málaga
España