Bar Sanz Bocadillos

Sanz, deleitándonos con bocadillos desde 1973
Bar Sanz Bocadillos
Bar Sanz Bocadillos
16 Noviembre, 2020
Laia Antúnez
El bar Sanz, y sus contundentes y sabrosos bocadillos, son todo un emblema del barrio de Santa Caterina (Barcelona). Ahora el local se presenta reformado y modernizado, pero con la misma esencia de siempre, la de un negocio familiar especializado en bocadillos que ha querido escaparse de la canibalización turística que vivía la zona para seguir cuidando a su clientela muy de cerca.

Su interiorismo se ha renovado completamente, pero la esencia y la gestión del bar Sanz, ubicado a pocos pasos del Mercado de Santa Caterina (Barcelona), sigue siendo la misma. Daniel Sanz mantiene el negocio que abrieron sus padres en 1973, un bar de barrio en el que se preparan sublimes bocadillos, aunque ahora reformado. “Compraron el bar una semana antes de que yo naciera, así que en cierto modo estaba predestinado a estar aquí, llevo detrás de la barra desde que era pequeño”, explica Daniel.

Tuvieron un primer local en un pasaje cercano y en 1984 se trasladaron a la ubicación actual, en la calle General Álvarez de Castro. Sus bocadillos gustaban y la clientela pronto empezó a pedir variaciones e ingredientes extra. Así fue como configuraron su carta y se fueron especializando en la elaboración de bocadillos muy personales y con dos elementos clave que los definen: son contundentes y van cargados con muchos ingredientes.

Sanz

Homenaje a la clientela

Actualmente, su carta ofrece cerca de cuarenta bocadillos, con clásicos fríos y calientes y un buen listado de bocadillos especiales que son los que dan fama al local. “Nacen de escuchar mucho las peticiones de la clientela habitual, y así es como los hemos ido incorporando a la carta, poniéndoles los nombres de esas personas”, avanza Sanz.

Es el caso del Informático, el bocadillo que unos estudiantes de telecomunicaciones pedían siempre que visitaban el bar. Una auténtica descarga de energía a base de salchichas variadas, bacon, jamón dulce y un gustoso queso semi curado fundido. Una delicia reconstituyente que ostenta el título de bocadillo estrella de la casa. También existe el Globus, dedicado a un cliente que trabajaba en una empresa de globos aerostáticos y que habitualmente comía este delicioso bikini de tres pisos, con jamón dulce y sobrasada ibérica.

Sanz

Especiales y contundentes

Los nombres, todos ellos con una historia detrás, se suceden en la carta: el Bienmesabe, con atún y bacon; el Decorador, con salchichas y otros complementos; el Calefactor, que tiene la chistorra como ingrediente principal; el Baldostano, con jamón del país y queso, etc. y así hasta llegar al Sinnombre, y su apuesta por el paté. “Si lo quieres ligero para desayunar, el Baldostano es una gran opción. Si buscas contundencia, el Americano, con su hamburguesa elaborada con carne 100% de ternera, es una buena alternativa”, recomienda Daniel. 

Sanz

Junto con el Informático, en el podio de bocadillos más queridos por la clientela, también está el de tortilla con chorizo. Extremadamente jugosa, se prepara con un intenso chorizo que Daniel consigue en el pueblo de su madre, en Zamora. En este caso, el pan va con tomate. Y siempre se unta a mano, es prácticamente una religión: "me niego a utilizar un pincel y a poner el pan con tomate en la plancha porque se ablanda”.

Y es que la plancha es terreno para los bocadillos especiales, que se sirven chafados y calientes, con su ligera capa de mantequilla. Daniel calcula y juega con la plancha para clavar los tiempos perfectos y servir el bocadillo al punto. En versión grande o pequeña, su la contundencia del bocadillo está asegurada. El pan, por cierto, es de absoluta proximidad ya que lo elaboran en el mismo barrio, en la panadería que desde hace décadas alimenta a los vecinos de la cercana plaza de la Llana.

Sanz

Para llevar, siempre

Las restricciones actuales mantienen la barra del local cerrada pero la opción de encargar bocadillos para llevar existe. De hecho, no es nuevo, es un servicio que llevan ofreciendo toda la vida. No trabajan con ninguna empresa de delivery y apuestan por los métodos tradicionales, una llamada de teléfono para encargarlo o acercarse al local y aprovechar para charlar con Daniel o con su mujer Núria, quien también ayuda en la cocina.

Sanz espera que el sector de la restauración pueda volver pronto a la normalidad para activar su servicio en barra, que siempre ha sido el centro neurálgico del bar, y para recuperar los menús de mediodía, que también solían preparar. Pero, especialmente, para volver a disfrutar de la cercanía y de ese espíritu original del bar de barrio, aquel en el que los clientes tienen nombre y apellidos.

Fotos: Flaminia Pelazzi. 

/ Otros Mediterránea.

Santa Coloma de Gramenet, Barcelona

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