
La Daurada regala momentos de verano

Ubicado en el extremo del Muelle de Poniente de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), junto a la playa de Ribes Roges, La Daurada se convierte en un lugar mágico que ofrece gastronomía de calidad y ocio veraniego. Abocado al mar, y con unas vistas impresionantes, esta temporada inaugura dos nuevos espacios que invitan a exprimir el verano.
Se hacían llamar beach club pero este año prefieren quedarse solo con la denominación de La Daurada, ya que, tras seis años en funcionamiento, su oferta ha crecido y es cada vez más compleja y variada. Vistas al litoral de Vilanova i la Geltrú, diferentes restaurantes y terrazas, con una gastronomía de nivel asesorada por el chef Carles Tejedor, y una programación musical constante son sus reclamos. Ahora afrontan el verano con la inauguración de dos nuevos espacios: La Marabanda y la Cala Tintorera.
La Marabanda, el blue bar restaurant
La Marabanda, con un interiorismo que combina el blanco impoluto y la madera, nos traslada a la Ibiza playera más cool, e invita a pasar una jornada relajada. Aquí podemos tomar un vermut, comer y alargarnos hasta los cócteles de la noche, mientras nos refrescamos en su piscina de aguas turquesas. Siempre con vistas a la inmensidad de la playa de Ribes Roges. El acceso a la piscina es reservado, cuesta 20 euros, e incluye hamacas, servicio de toallas, taquilla, duchas y parking durante todo el día.
Su propuesta gastronómica, dirigida por el chef Carlos Ramírez, con el asesoramiento de Oil Motion by Carles Tejedor, juega con los contrastes entre el mar y el fuego. Aquí mandan la brasa y los sabores de los chiringuitos de toda la vida pero con un toque chic: espetos de dorada, pulpo, rodaballo y sardinas, pescado de lonja a la brasa, fritura de morralla, calamar a la andaluza, dorada en adobo, etc. También hay cabida para lo veggie con platos como las berenjenas a la brasa con queso de cabra, las ensaladas ligeras o el curioso chuletón vegano, que sustituye la carne por una buena ración de lechuga a la brasa.
Su especialidad, el "Bullit La Daurada", es casi una obligación para los que quieran una comida más contundente. Una receta balear que han adaptado a su estilo, -utilizan dorada, patata y mahonesa de azafrán a diferencia de la receta original-, y que sirven en dos tiempos, por un lado el pescado y por otro el arroz. De día o de noche, también vale la pena echarle un vistazo a su carta de cócteles, con clásicos tan refrescantes y veraniegos como el mango colada, el mojito frozen y el banana mama, mientras remojamos los pies en la piscina.
Cala Tintorera, a un salto del agua
Al otro extremo del complejo, se abre también la Cala Tintorera, un espacio muy marinero pensado para el público más joven, con música de DJ los fines de semana y con un atractivo muy especial: tiene acceso directo al mar. Aquí podemos alquilar una cama balinesa desde la que contemplar la infinidad del Mediterráneo o tomarnos una cerveza fresca y con un pequeño salto bañarnos en las aguas del Garraf. En la Cala Tintorera funciona el menú de piscina, ininterrumpido, con básicos del picoteo como las bravas y los nachos con guacamole y otras propuestas sugerentes como la burrata con tomates, el bikini de lacón ahumado y la tortita de camarones con mahonesa de tinta.
Si apetece comer de manera informal, justo al lado, la Bocateria de La Daurada, un espacio gastronómico que ya existía pero que ha afinado su carta, ofrece bocadillos gourmet como el roll de salmón marinado con salsa tártara, el roll ribs de costilla a la barbacoa con encurtidos -brutal- y algunas hamburguesas. El comandante aquí es el chef Lluís Casas, que también se encarga de las cartas, muy mediterráneas, del restaurante Mirador y de la terraza de La Daurada, dos de los locales originales de este gran complejo gastronómico y de ocio.
No hay que olvidar su programación musical que, para este agosto, cuenta con nombres como Demarco Flamenco, El Kanka, Bebe, Beret e Ismael Serrano, entre otros. A La Daurada se viene a pasar el día pero si hay que elegir un momento, sin duda, el más mágico es el de la puesta de sol. Especialmente los domingos, ya que el atardecer se acompaña con conciertos gratuitos. Los que ya lo conocen son fieles a esta postal con vistas extraordinarias a las playas de Vilanova i la Geltrú. Los que no, más vale que no os perdáis este momento de puro verano.