
ClassRoom: un rincón cosmopolita en Les Corts

ClassRoom abrió hace más de un año con la vocación de ser el punto de encuentro del barrio de Les Corts de Barcelona. Un local cálido abierto como cafetería, restaurante de menú de mediodía, carta por las noches, copas, grupos y eventos. Todo cabe en este cálido local con relajantes vistas.
Cuando uno entra en ClassRoom deja el ajetreo de la calle Entença para disfrutar de un buen ambiente y cocina. Aquí cabe todo: desde un desayuno relajado, pasando por un menú con buen producto del día, hasta una cena romántica con platos elaborados o una mesa informal y divertida donde compartir unas tapas.
Hace más de un año que Ramon Viver abrió este acogedor local en pleno barrio de Les Corts de Barcelona. Venía de un mundo laboral muy distinto: grandes multinacionales y viajes continuos por todo el mundo. De allí extrajo la idea de abrir un local cosmopolita, dónde él hubiera querido estar cuando debía parar en cualquier ciudad del planeta.
Su cocina se basa en un producto de calidad y una carta pensada para cualquier hora del día y todo tipo de cliente. Decorado por la firma Byral, ClassRoom apuesta por cómodos sofás blancos combinados con sillas y mesas de acogedora madera. Lo que sin duda le da un carácter especial son sus grandes ventanales con vistas a un parque. Todo invita a relajarse y a disfrutar comiendo.
Home made
En la carta de ClassRoom destacan las croquetas caseras: 40 gramos de croqueta cremosa por dentro y crujiente por fuera, de pollo rustido, de jamón o de kale e Idiazábal ahumado. Para picotear no se conforman solo con las bravas o con un sabroso jamón ibérico, si no que ofrecen también un baba ganoush con crudités de verduras muy recomendable. También como entrante, originales fish & chips de bacalao con alioli de cítricos.
Ensalada caprese de burrata de 150 gramos con higos en almíbar y pesto genovés o de tomates ecológicos con ventresca de atún y caviar de Kalamata, son algunos de los platos healthies de la carta. También se puede optar por un risotto negro, unos raviolis de espinacas o unos tagliatelle trufados.
El chef Maximiliano Serangeli está especialmente orgulloso de su pulpo, tierno y acompañado por un ligero parmentier. Sus clientes fieles le dan la razón. Sabroso y en su punto, el costillar de cerdo a baja temperatura, y original el magret de pato con crumble de manzana y frutos rojos, en un trampantojo que aparenta un postre. En el apartado de crudos, que no podía faltar, tataki de atún, steak tartar y tataki de lomo bajo de ternera.
Los postres, también home made, aportan el momento dulce a la propuesta culinaria de ClassRoom, con una tarta tatin o un imperdible cheesecake cremoso, que se deshace en la boca.
Además de ser una cafetería con mil y un enchufes para conectarse y trabajar y un bar de copas con combinados a la carta, ClassRoom cuenta con parking gratuito para clientes y se define como pet friendly. Todos los detalles cuentan.