Mi Candelita
A pocos metros de la orilla del Cantábrico se encuentra Mi Candelita, un refugio gastronómico que ha elevado la oferta culinaria de la costa central asturiana. Situado en plena playa de Bañugues, en el concejo de Gozón, este restaurante se ha convertido en un destino imprescindible para quienes buscan disfrutar de una comida frente al mar donde el sabor y el bienestar se dan la mano. Detrás del proyecto está Fran Heras, un cocinero asturiano que, tras más de una década en Cataluña al frente de proyectos como Llamber y El Chigre 1769, decidió regresar a su tierra para construir un espacio donde la calma, el producto y la verdad fueran los protagonistas. “Quería crear un lugar donde comer bien fuera también sentirse bien”, explica. El resultado es una casa luminosa y abierta al mar que combina la técnica y el sabor mediterráneo con la esencia del norte. Decorada con maderas claras y tonos neutros, transmite la misma serenidad que se percibe en sus platos: una cocina limpia, equilibrada y profundamente coherente.
Playa de Bañugues, s/n
33449 Gozón Asturias
España
La propuesta de Heras parte de una filosofía clara y con intención: convertirse en un referente de cocina de producto ecológico en Asturias. Su cocina se fundamenta en el respeto a la materia prima, la técnica y la energía que envuelve todo el proceso culinario. Trabaja con proveedores de confianza y productos de cercanía, apostando por una despensa honesta y sostenible. “No uso polvos mágicos ni artificios. Prefiero el trabajo lento, los caldos hechos con tiempo y la brasa”, resume el chef, que ha logrado una cocina con carácter, profundidad y ligereza a partes iguales. En la sala, el servicio destaca por su cercanía y cuidado, y la bodega reúne pequeñas joyas de productores independientes, con una sección dedicada a las llamadas “enolocas”, una selección de vinos elaborados por mujeres.
Cocina con conciencia y alma
El corazón de la carta lo ocupa el arroz —auténtica firma de la casa—, aunque antes de llegar a él la propuesta se despliega en una serie de aperitivos y platos a la brasa que anticipan la coherencia del proyecto. Entre los entrantes destacan la tabla de quesos asturianos y del mundo, las anchoas del Cantábrico sobre bizcocho de escanda y queso Cabrales con mermelada de tomate, o las croquetas caseras de jamón Joselito, cremosas y doradas en su punto justo. En la brasa, la oferta abarca desde la seta maitake ecológica o los mejillones sobre carbón, hasta pescados del día y carnes de campo, como el secreto ibérico de Joselito o el bogavante y la nécora al carbón, todos ellos tratados con respeto y técnica.
Pero es en la sección “Nuestros arroces” donde el restaurante muestra su verdadera esencia. El arroz Mi Candelita, 100 % vegetal, con verduras de temporada, emulsión de aguacate, chile chipotle y cilantro, es una declaración de principios y, además, solidario: por cada ración se dona un euro a la asociación APACI, que apoya a niños con cardiopatías congénitas. Le siguen elaboraciones como el arroz con pulpo del Pedreru a la brasa, con salvia, papada ibérica y pistacho; el arroz meloso con carrilleras, seta maitake y emulsión de boletus; el arroz con abanico de Joselito y mojo de pimiento del piquillo; el arroz de gamba blanca, con alioli de azafrán, cúrcuma y pimientos de su huerto; el arroz negro meloso con langostino de Huelva y alioli de ajo negro; o el arroz caldoso con pescado salvaje y almejas. Y para quienes buscan algo distinto, una fideuá negra con gamba roja, setas shiitake y alioli de ajo negro cierra la propuesta con un toque viajero. Todos los arroces se preparan con granos de Molino Roca (Valencia), garantía de consistencia, sabor y precisión en cada cocción.
En los postres, el restaurante mantiene intacta su filosofía de ligereza y producto: todos están elaborados con azúcar de caña ecológico sin refinar y pensados para cerrar la comida con armonía, sin sensación de pesadez.
Coherencia en cada plato, conciencia en cada paso
Desde los aperitivos hasta los dulces finales, pasando por la brasa y el arroz, todo en Mi Candelita respira la misma coherencia. Es una propuesta en la que el Mediterráneo se encuentra con el Cantábrico, donde la huerta, el mar y el grano caminan al unísono, y donde la energía es tan importante como el sabor. Una experiencia gastronómica en el litoral de Asturias que demuestra que el disfrute y la consciencia cuerpo-mente pueden convivir en perfecta armonía. En Mi Candelita no se trata solo de comer bien, sino de reconectar con lo esencial: con el producto, con el entorno y con uno mismo. Cada plato está pensado para nutrir más allá del gusto, para generar bienestar sin renunciar al placer. Esa es, quizás, la mayor virtud del restaurante: su capacidad para recordar que la gastronomía puede ser al mismo tiempo disfrute, salud y equilibrio. Comer aquí es hacer una pausa, respirar el mar y entender que la cocina, cuando se hace desde la verdad, tiene el poder de sanar, emocionar y cuidar. Mi Candelita es, en definitiva, una invitación a disfrutar despacio, a reconectar con la naturaleza y a dejar que el cuerpo y la mente se encuentren, por fin, en el mismo lugar.