Gran Rhin

Gran Rhin, donde el mar seduce
Gran Rhin
Gran Rhin
24 Noviembre, 2022
Joaquin Reyes
El Gran Rhin ha pasado en unos años de ser una barra donde los clientes se tomaban la primera cerveza y unas aceitunas y se marchaban a comer a otro restaurante, a convertirse en un local de referencia del centro de la ciudad de Murcia donde el marisco es el protagonista.

Nada más llegar a este emblemático bar de Murcia, Miguel Ángel Morcillo, actual propietario, nos enseña orgulloso una fotografía de 1930 en la que aparece su abuelo, junto a tres amigos, en la ventana del Gran Rhin. Miguel Ángel nos cuenta que su abuelo venía todos los fines de semana desde su pueblo con unos amigos a pasear y siempre paraban a tomarse una cerveza en la barra del Rhin. Cuando le preguntamos si sabe cuándo abrió este local, nos dice, entre risas, que no lo sabe, pero que por lo menos de antes de 1930, que es cuando está fechada esta vieja fotografía. 

Esta anécdota nos pone en situación sobre la antigüedad de este local, que siempre fue una pequeña barra donde la gente se tomaba la primera cerveza con unas patatas fritas y unas aceitunas, para seguir la marcha y comer en otros locales de más envergadura. Pero esto ha cambiado. Desde que Miguel Ángel se hizo al frente de este local de la Plaza de San Pedro en septiembre de 2019 se ha convertido en uno de los locales referentes donde comer marisco en el centro de Murcia. Las patatas y las olivas que poblaban la barra del Gran Rhin han dado paso a todo tipo de pescados y mariscos que nadan sobre mares de hielo picado esperando a que vengan los clientes a elegir su pieza. 

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Miguel Ángel estaba destinado desde muy pequeño a dirigir un local como este, ya que su familia ha estado, y sigue estando, relacionada con las barras y la hostelería. Comenzó desde muy pequeño a ayudar a sus padres que regentaban uno de los pequeños bares que hay dentro de la Plaza de Abastos Saavedra Fajardo, en el centro de la ciudad. Compartía trabajo con su hermano Rafael, que hace un par de meses abrió Casa Rafa, otro local con barra situado en la Calle de las Mulas, una de las calles más gastronómicas de la ciudad y a muy pocos metros del Gran Rhin. A pesar de esto, Miguel Ángel y Rafa no son competencia, sino todo lo contrario, se ayudan entre ellos y no es difícil ver a Rafa en el local de su hermano y viceversa.  

Este aprendizaje en el negocio familiar le llevó a dedicarse profesionalmente a la hostelería por cuenta ajena y a tener sus propios negocios. Abrió una cafetería en la pedanía de Puente Tocinos y un pequeño bar de tapas en la zona de las tascas, una conocida zona de bares del centro de Murcia.  

Tras estas experiencias laborales pasó a trabajar en El Bolito, actualmente llamado El Secreto, otro local emblemático, en este caso de la Plaza de las Flores, el epicentro del tapeo de la ciudad. En El Secreto ejerce de encargado y, puntualmente, se desplazaba al Gran Rhin a cubrir a algún compañero en su día de libranza o durante alguna baja laboral, ya que estos dos locales pertenecían al Grupo Vera, un grupo empresarial hostelero que regentaba muchos bares y restaurantes de la zona. 

En el año 2016 los anteriores propietarios realizan una gran reforma que cambia el local, con una estética más moderna y atractiva, pero sin perder la esencia de barra de bar que le caracteriza. El Grupo Vera regentó el Gran Rhin desde el año 2010 al año 2019, momento en el que se lo ofrecen a Miguel Ángel, que en septiembre se pone a cargo de él realizando algunos pequeños cambios en uniformes, carta, personal, del que solo mantiene a Luzmila, la jefa de cocina, e incrementa la gran variedad de pescados y mariscos frescos de su oferta de barra. 

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El producto estrella del Gran Rhin es el pescado y marisco fresco que reciben de diferentes puntos de la geografía nacional. El marisco de concha lo reciben desde Galicia. En su barra llama la atención ver la estupenda almeja de carril, la ostra gallega especial, la ostra Girardót Nº 2 (esta de origen francés), el camarón gallego, los berberechos, las navajas, los percebes o los erizos, que sirven abiertos, en crudo, con su hueva servida sobre una cuchara de nácar.  

Brillan en la barra los pescados frescos y las gambas que reciben directos desde el puerto de Santa Pola. El cliente puede pedir que le cocinen algún Gallo Pedro, Gallineta o, como en esta época, unos exclusivos Galanes o Loritos de la Costa Brava, muy difíciles de conseguir. 

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En la barra del Gran Rhin, entre pescados y mariscos, encontramos piezas únicas como las palas de hueva de atún en salazón, de más de tres kilos de peso, o el exclusivo jamón de mar, creación de Ángel León, comercializado por Atún Petaca Chico. En el Rhin el jamón de mar se corta a cuchillo en jamonera, como si fuera una pata de cochino. Se sirve una loncha fina sobre pan tostado con tomate, como si de una catalana de mar se tratara.  

Es asombroso, casi rozando lo divino, no en vano estamos enfrente de una de las iglesias más concurridas de la ciudad, ver salir el pulpo al horno humeante en su llanda metálica donde se ha cocinado más de dos horas tan solo con un poco de cerveza, aceite de oliva y pimienta molida. Manjar digno de dioses. 

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En su carta encontramos platos como su ensaladilla Rhin, una versión de ensaladilla de marisco hecha con langostinos, buey de mar, guacamole, huevas de salmón y nachos para dipear, su canelón de txangurro y pescado de temporada, un tartar de atún rojo o el delicioso ceviche de dorada de Santa Pola

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Para completar la oferta gastronómica nos ofrecen algún plato con productos de la huerta y el campo como sus alcachofas a la plancha con crema de parmesano y jamón ibérico de bellota, o sus carnes, entre las que encontramos el entrecot de vaca, la pluma ibérica de bellota o el solomillo de ternera con el que realizan el steak tartar.  

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Toda esta maravilla de pescados y mariscos están a la vista al comensal los 365 días del año. Solo cierra las noches de los domingos de Semana Santa y Navidad. Los clientes que se quieran dejar seducir por el mar en Gran Rhin pueden elegir entre varios espacios donde disfrutar de la experiencia: su amplia barra, la ventana que da a la plaza de la iglesia de San Pedro, las mesas altas de su terraza o su coqueto comedor, con una iluminación muy agradable y ubicado en un local anexo al bar. 

Pl. San Pedro, 5
Murcia Murcia
España

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