
Chiringuito Acamar, una estrella luminosa en Cabrera de Mar

En la playa del Molí de Cabrera de Mar, el Chiringuito Acamar prepara su segunda temporada veraniega. Producto de proximidad del Maresme y magníficas vistas al mar son algunos de sus principales reclamos. De noche, su cuidada iluminación hace brillar este espacio como si fuera una estrella más.
A los aficionados a la astronomía seguro que les suena el nombre de Acamar, una estrella doble, formada por dos estrellas blancas, que se sitúa en la constelación de Eridanus, a unos ciento veinte años luz de la Tierra. Para los más profanos en la materia, y más dados al buen comer y al ocio playero, Acamar es el nombre de un precioso chiringuito que durante los meses más calurosos, de junio a octubre, se instala en la playa del Molí de Cabrera de Mar (Maresme).
Su historia es reciente y se remonta al verano pasado, el de 2017, cuando Marc Sort decidió aparcar temporalmente su trabajo en un banco para emprender el sueño de su vida: tener un chiringuito justo en este rincón del litoral de Cabrera. Junto con otros dos socios, consiguieron la concesión y se pusieron manos a la obra para diseñar este espacio que dispone con dos altures: una zona con mesas de madera a nivel de arena, y a escasos diez metros del agua, y una terraza superior para cenar bajo las estrellas. Vale la pena fijarse en la decoración, que está cuidada al detalle: palés transformados en butacas, techos y cortinajes de caña, plantas, pequeñas bombillas y lámparas que se inspiran en las formas de la estrella Acamar.
En primera línea
Este año empiezan temporada con un chiringuito más grande, en cocina y barra, por lo que pueden cubrir un mejor servicio frente al mar y a jornada completa, desde el desayuno hasta la cena. Su carta se basa en el producto de proximidad del mar, obviamente, y también en los frutos de la cercana huerta del Maresme. Eso hace que a menudo funcionen a base de sugerencias, según el producto que los payeses con los que trabajan les ofrezcan ese día.
Encontraréis platos para picar y compartir como las eternas patatas bravas –no pueden faltar en un chiringuito-, las sardinas mediterráneas, que preparan con cebolla confitada a la naranja, cítricos y coulis de fresa, y las croquetas Acamar cuyo relleno es siempre una sorpresa: de cananas, de brandada de bacalao, de sepia… El mar es el que manda.
También hay tablas de jamón y embutidos ibéricos y una buena selección de quesos, elaborados con leche cruda y que pertenecen a diferentes DO de calidad. Ensaladas frescas como la de burrata con fresas, mango, tomate confitado y aguacate, una explosión de colores de lo más saludable, y las obligadas paellas –fideuà, marinera y arroz caldoso con bogavante- para comer con vistas al mar. Los pescados y los moluscos van a la brasa, al vapor o a la marinera y si se quiere un plato especial, se puede apostar por el bogavante a la brava, con una curiosa elaboración.
Además, en el Chiringuito Acamar organizan conciertos en directo dos días a la semana. Para las tardes de los domingos, el estilo es más rumbero, pop y rock. Un DJ se encarga de animar después las últimas horas de la semana e invita a la clientela a tomar una copa. Para las noches de los lunes, en cambio, los conciertos son acústicos y de covers, pensados para dar ambiente a una cena relajada y con privilegiadas vistas a la calma del mar Mediterráneo. Puro verano.
Galeria
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