El Passadís d'en Pep

El Passadís d'en Pep: directo de la lonja al plato
El Passadís d'en Pep
El Passadís d'en Pep
9 Julio, 2012
Gastronosfera

La restauración se ha convertido en un negocio nómada. Por suerte, algunos restaurantes históricos han logrado hacerse con una clientela fiel que les ha permitido sumar años, incluso décadas, sin necesidad de hacer mudanzas. Pero sólo una minoría han alcanzado la treintena y encima con clientela habitual tan selecta como Bono (U2), Woody Allen, el desaparecido Camilo José Cela, Fernando Trueba, Javier Bardem o Richard Gere.

El passadís d’en Pep, el restaurante de Joan Manubens, escondido en un recoveco de Ciutat Vella (Barcelona), junto a un portero automático, deslumbra al cliente con solo hacerle cruzar el umbral. Joan cuenta con una auténtica colección de arte, con piezas de Miquel Barceló, Frederic Amat, Robert Llimós e incluso dos retratos que Antoni Tàpies le hizo para su cumpleaños.

Arte entre fogones que cuecen una de las mejores propuestas gastronómicas de la capital catalana. Sobre todo porque todo el mundo puede sentirse igual de especial en su comedor. "Ofrezco pescado y marisco de primera calidad", dice Manubens que trabaja directamente con las lonjas de Port de la Selva, Vilanova, etc. y sin carta ni un cartel en la puerta.

Sólo Woody Allen cuenta con un privilegio al alcance sólo de la familia de Manubens: unas croquetas que no tiene en la carta pero que el cineasta pide cada vez que va al restaurante desde que se las dejó probar. Comer es para él uno de los grandes placeres de la vida, por eso rehuye de la experimentación y ofrece una cocina sencilla y natural con sabores auténticos. Y sólo elige una cosa: disfrutar sin prisas.

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