
Bareku: la fusión y la imaginación en un delicioso ‘match’

Bareku ya se ha ganado un rincón en el corazón de los gourmets de Vic y cercanías. Porque trata producto de temporada con un toque único y fusionando sus recetas con la cocina peruana y mexicana. Los sabores de siempre, pero más sorprendentes que nunca.
Gil Currius duerme con una libretita junto a la cama. Cuando se despierta con una idea brillante e innovadora, toma nota y al día siguiente la experimenta en sus fogones. Y seguramente esta es una anécdota que define la filosofía de este cocinero y su local, Bareku. Situado en el caso antiguo de Vic, trata el producto de temporada con mimo y busca dar una vuelta más al recetario popular.
Así, se han hecho famosos sus carpaccios de setas, su tataki de atún o su pilota de carne con bacalao y manita de cerdo (una gran albóndiga de tradición catalana). “Esperan que les sorprendas”, apunta Gil, quien concede una gran importancia a la presentación de los platos. La innovación no solo se degusta, también se cata con la vista.
La carta se adapta estrictamente a los productos de mercado, de proximidad y de temporada. Así, en otoño encontramos el carpaccio de ceps con foie micuit con reducción de Pedro Ximénez, todo elaborado en casa; o unos huevos al plato con pulpo, setas y curry. Es tiempo, también, de los seductores donetes de sepia nero en tempura o el salteado de chipirones con alcachofa y butifarra del perol. Y un must que nunca falla en Bareku: la coca de hoja con manzana asada, foie, jamón de pato y piñones tostados.
Pero, sin duda, una de las especialidades de la casa es el steak tartar de filete de ternera y su tataki de atún caramelizado, con pescado fresco rebozado con azúcar y después marcado a la plancha y acompañado de mermelada de tomate y un toque de canela. Gil Currius apuesta decididamente por la fusión y lo demuestra con su carpaccio de gamba y vieira con tomate cherry y alga codium o con los tacos de gamba, puerro y calabacín.
En el apartado de los postres, presumen de su pastel de queso cremoso con mango e higos y frutos rojos. Los coulants son la especialidad del chef: de cacahuete, avellana, praliné... La lista es interminable.
Bareku abrió sus puertas hace ya cinco años pero este último ha tomado las riendas en solitario Gil Currius. Triunfa el menú de mediodía y ofrecen también el de degustación. Hay que dejarse aconsejar y probar las delicias que proponen fuera de carta con productos delicatessen como la trufa, los ceps o las colmenillas.
Fotos: Flaminia Pelazzi.
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