Mucho han cambiado las cosas en la playa de Castelldefels (Barcelona) desde que en el verano de 2003 cuatro amigos se hicieron cargo de un pequeño quiosco de plástico en el que vendían helados y refrescos para poderse pagar los estudios universitarios en invierno. Así nació el chiringuito Tibu-Ron que a día de hoy aún conserva en su tejado, ahora de madera, el viejo patín de playa en forma de tiburón que estos jóvenes, aficionados al rugby, decidieron colocar para diferenciar su chiringuito y darle ese carácter que lo ha hecho famoso.
Han pasado los años y Tibu-Ron es ahora un grupo de ocio y restauración que cuenta además con dos beach clubs, un restaurante y una discoteca. Y como se acerca el verano y hay que empezar a pensar en vermuts y paellas al sol queremos hablar de uno de estos locales: el Tibu-Ron Beach Club.
Ubicado en primera línea de playa, a pocos metros del mencionado chiringuito, el beach club abrió en 2012 con la intención de ofrecer comida mediterránea durante el día y copas por la noche. "Queríamos romper con el Castelldefels antiguo y proponer una nueva oferta de ocio, abierta al mar", explica Juan Manuel Lema, uno de los socios del grupo.
Una carta renovada
Su propuesta funciona y lo hará todavía más esta temporada estival ya que han renovado y modernizado su carta con un claro objetivo: "pensar mucho más en lo que quiere el cliente". Por un lado, han buscado mantener la esencia vermutera del chiringuito y por eso invitan a acompañar la cerveza o el vermut con conservas, patatas chips, anchoas, gildas, boquerones, e incluso ostras, de calidad. Hay que probar las aceitunas Tibu-Ron, son de la variedad Gordal y las rellenan con vermut. Además, las sirven en un original packaging.
Tampoco podían faltar tapas bien conocidas pero cuidadosamente elaboradas como las bravas, las croquetas de chipirón o de jamón ibérico, los calamarcitos a la andaluza, los mejillones al vapor, el pulpo a la brasa y un imprescindible del Tibu-Ron: los huevos rotos con jamón ibérico de Guijuelo. Y todo esto solo para empezar.
Porque, sin duda, el plato fuerte del local viene de la mano de las paellas y fideuás. La paella de la casa, la Tibu-Ron, lleva marisco en cantidad y variedad, la elaboran con arroz del Delta del Ebro y le dan un toque final en el horno. También preparan, entre otros, arroz caldoso de bogavante, arroz negro y un arroz con butifarra, costilla y pulpo que hará las delicias de los que no son tan marineros. "Hemos planteado una carta muy playera pero además prestamos atención a la comida saludable y hemos incorporado platos para veganos", dice Lema.
Propuestas saludables
Y es que, seamos veganos o no, no podemos irnos sin probar el arroz negro con alcachofas, setas, tofu y alga nori. Para oscurecerlo no utilizan tinta de calamar, sino alga nori triturada que le da al arroz un sabor nuevo y delicioso. También tienen una amplia oferta de ensaladas como la de ventresca de atún y tomate de la huerta, la de salmón ahumado noruego con majao de patata y aguacate o la de quinoa con verduritas, menta y manzana ácida, la opción más fresca y veraniega. Todas las elaboran con productos de proximidad procedentes, en su mayoría, de los huertos de la vecina población de Gavà.
Al lado del mar también hay que pensar en los pescados y por eso presentan opciones como el bacalao a la llauna con cremoso de patata y judías de Santa Pau o el atún en tempura con hummus, tartar de tomate seco y albahaca. Un plato premiado en la ruta de tapas que organizan en la localidad y que han decidido incorporar a la carta. Si preferimos carnes, el secreto ibérico con shitake y patata trufada o el costillar de cordero con jugo de romero y cous-cous especiado serán una buena elección.
Entre semana también ofrecen un menú en consonancia con la nueva carta en el que, evidentemente, no faltan las paellas. Y por la noche, el beach club se convierte en un lugar idóneo para tomar copas y bailar al ritmo de la música que pinchan sus DJ.
Viendo todas estas opciones, ¿por qué no pasar una jornada de playa en Castelldefels? Vermut al sol, paella a pie de arena y copas en una terraza con vistas al mar. Y todo esto en un mismo sitio, el Tibu-Ron.