/ Mediterránea
Que el cliente encuentre en cada plato trozos del entorno del Casamar es el objetivo diario que persigue Quim Casellas, el creador de una propuesta culinaria reconocida: desde el año 2012 tienen una estrella Michelin y la Guía Repsol también les ha concedido un sol. Situado a escasos metros del mar, el entorno del Casamar lo conforman productos marinos como las langostas, los salmonetes o los erizos, pero también vegetales de huerta como los guisantes o las alcachofas, cuando es época, o carnes diversas.
Bajamos las escaleras de la Platja de S’estany en la Colonia de Sant Jordi (Mallorca) y plas, parece que hemos viajado al Caribe. O algo mejor. Estamos en un dibujo del mediterráneo más auténtico. Caminamos por la orilla, el agua azul, cristalina, turquesa. La arena fina y el cielo un lienzo infinito de acuarela azulina. Los pinos crean una línea verde y marrón irregular a los márgenes de este cuadro.
“El restaurante propiamente tiene más de 40 años de historia. Fue construido alrededor del año 1979, por un holandés. Fue un bar de tapeo. Tiempo después, los hijos del dueño asumieron el relevo; y, más tarde, lo vendieron a una inmobiliaria. Ese fue el momento en que nosotros la alquilamos”, empieza a conversar el empresario Aleix Boquera, quien junto a su pareja, Sara Vallejo, son propietarios del restaurante El Capitán (@restaurantcapitan) de Hospitalet de l’Infant.
“Hace quince años que tenemos Sadoll Restaurant de Tarragona abierto. Ha sido toda una experiencia: hemos pasado por dos crisis y hemos visto de todo. El secreto de perdurar solo reside en el esfuerzo y en reformularse contínuamente”, expresa el chef Juan Ruiz, quien junto a su pareja Eva Sánchez, también profesional de los fogones, lleva el negocio. Ambos sacan adelante el local y se imponen ante los cambios provocados por la pandemia del coronavirus.
Los chiringuitos de playa están de moda. Algunos dirán, y con razón, que nunca habían dejado de estarlo. La novedad tal vez es que cocineros de cierto renombre hayan querido recuperar este formato y darles nuevos aires.
Para entender el carácter de La Martina, hay que conocer cómo es el grupo que la acoge. Josep Maria Lloret y Lourdes Puig (también en el cargo de directora) son los propietarios del grupo Gran Claustre y disponen de un amplio abanico de opciones para desplegar estratégicamente su plan de negocio.
En tierras valencianas a este almuerzo popular se le conoce con el término de ‘esmorçaret’ (algo así como almuercito). No obstante, de pequeño tiene poco y si seguís leyendo descubriréis el porqué de esta afirmación. Empezamos.
Como siempre se ha dicho ‘para gustos colores’ y, en este caso, también añadiríamos sabores. En este restaurante de reciente apertura, y ubicado en pleno Ensanche valenciano, les gusta pensar que el color y el sabor se complementan. Esto mismo es lo que transmiten en su cocina que te invita a centrar la mirada sobre el plato que tienes delante y que al probarlo las papilas gustativas se pongan en marcha rápidamente. Y es que si por algo destaca la propuesta de Funtastik es por ese innato atrevimiento de Víctor Salvador, su chef y también propietario.
Quiquiriquí. Esta conocida onomatopeya, que imita el canto del gallo, ha servido como inspiración a Marcos Pujadas y sus dos hermanos para abrir Cocoricó & co, un restaurante que tiene al pollo como protagonista absoluto. "Cocoricó es como un bistró afrancesado, de ahí que le hayamos puesto este nombre, partiendo del canto del gallo", explica Marcos Pujadas, chef y uno de los 3 socios del local, que se gestó durante el confinamiento y abrió sus puertas hace un mes, a mediados de noviembre.