Tapas y Cia es un restaurante de reciente apertura en la avenida Gaudí de Barcelona, cerca de la Sagrada Familia, pensado para disfrutar de buena gastronomía, orientado a los autóctonos y alejado del concepto de comida rápida que impera en aquella zona. En poco más de tres meses, sus tapas de autor, sus platos del día y su “club del guiso”, todo basado en productos de máxima calidad preparados mitad y mitad entre receta tradicional y toque de autor, se han convertido ya en un referente del barrio.
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Desde que las tapas se pusieron de moda en Barcelona, la calidad de la oferta fue bajando en picado, al mismo ritmo que llegaban los turistas y crecían los precios. Pero locales como Perikete le recuerdan a uno cuál es la esencia de una bodega “de las de toda la vida”: con su barra rebosante de producto de calidad, sus jamones colgando del techo y sus platillos con D.O., llegados de todos los rincones de la península.
La transformación de los antiguos bares en modernos espacios con una oferta de tapas creativas, más próximas a lo que se ha dado en llamar "cocina en miniatura", es ahora un fenómeno habitual. No lo era tanto cuando allá por el año 2001, en la plaza de Puerta de Moros, en el Madrid más castizo, abría sus puertas Juana la Loca, pionero por tanto en este modelo.
Abierto hace unos tres meses, Tapas & Cia es un lugar pensado para disfrutar de buena gastronomía, orientado a los autóctonos y alejado del concepto de comida rápida. El motivo está muy claro si entendemos que la zona de la avenida de Gaudí donde está ubicado, muy cerca de la Sagrada Familia y en el trayecto hacia otro gran conjunto modernista, el Recinto de Sant Pau, ha estado hasta ahora orientada a la restauración rápida, para turistas.
Desde hace pocos meses, la cocina del Mercer Hotel Barcelona, un hotel boutique de cinco estrellas ubicado en el corazón del barrio Gótico barcelonés, a pocos pasos de la Catedral, está revolucionada. El motivo es la llegada de Harry Wieding a los fogones. Aunque su apellido tiene origen alemán, Harry vive en Cataluña desde los cuatro años.
En 2011, tres amigos que no provenían del mundo de la restauración pero que tenían la voluntad de iniciar un proyecto común abrieron El Doll, un bar restaurante con una peculiaridad: diez surtidores de cerveza que funcionan a modo de autoservicio mediante una tarjeta prepago. Para acompañar la cerveza optaron por una pareja infalible: las tapas.
En pleno centro de Figueres, muy cerca de la Rambla y del Teatro El Jardín, encontramos un local que ofrece tapas de máxima calidad basadas en productos de alta gama. Se trata de El Vermut, un lugar para ir a comer, a cenar o a tomar un bocado entre horas con la seguridad de estar probando el mejor producto del territorio, tratado con el máximo respeto y a un precio sumamente recomendable.