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Unai Fernández de Retana, cocinero del restaurante El Clarete de Vitoria-Gasteiz nos propone un plato para comer con los dedos, una pizza de las que le gustan a él, experimentando con ingredientes naturales sobre una masa clásica.

Preparación:

- Hacemos un pan con harina, agua, sal y aceite de oliva virgen. Hacemos una bola que como no lleva levaduras no vamos a dejar fermentar.

Tras un corto periodo cerrado, el Hotel Restaurant Mas Pau ha vuelto a abrir sus puertas reconvertido en alojamiento rural de cuatro estrellas.

El local en el que se halla la Bodega Sepúlveda es uno de esos lugares históricos que afortunadamente todavía se mantienen abiertos en la ciudad de Barcelona, como contrapunto al alud de establecimientos “modernos”, muchos de ellos totalmente impersonales, que se están imponiendo en las últimas décadas.

Los chiringuitos de playa están de moda. Algunos dirán, y con razón, que nunca habían dejado de estarlo. La novedad tal vez es que cocineros de cierto renombre hayan querido recuperar este formato y darles nuevos aires.

En diciembre de 2015 abría sus puertas El Mercader de l’Eixample, un restaurante ubicado en un precioso chalet modernista en la calle Mallorca de Barcelona, junto al pasaje de Mercader, muy cerca de la Rambla de Catalunya. Pese al poco tiempo transcurrido desde su apertura, ya se ha consolidado como una referencia slow food en Barcelona.

No es ningún secreto decir que la cocina latinoamericana protagoniza hoy la revolución de revoluciones de la gastronomía mundial. FOC és un homenaje a ese boom gastronómico: un lugar donde degustar sin pretensiones ni convencionalismos los platos más populares de estos países.

A mediados del siglo pasado, el Caribe y el turismo norteamericano hacia la isla de Cuba fueron mucho más que un fenómeno de masas, convirtiéndose en una auténtica fuente de inspiración artística en terrenos como la música, la moda y, por supuesto, el cine. ¿Quién no recuerda los filmes inspirados en La Habana y sus cabarets emblemáticos como Tropicana? ¿O las secuencias en playas de ensueño como Varadero?

Y es que si algo tenían claro los hermanos García, Isaac y David, era su deseo de mantener intacta la esencia de un local que durante más de 70 años se dedicó a la venta de material de ferretería. Aunque su historia va mucho más allá. Concretamente a principios del siglo XX cuando el espacio que hoy alberga a El Faro Industrial era compartido, gracias a sus dos puertas de entrada, por la consulta de un doctor y por una cocida sala de baile.

Juanjo Canals es un cocinero aún joven que comenzó su andadura profesional en los dos restaurantes de su familia: Doña Paca y Doña Paca de Abajo. Ambos, aunque ya desaparecidos, fueron referencia durante largos años en Madrid de una cocina casera y sabrosa con fuertes raíces andaluzas ya que sus padres, María Fran y Salvador Canals, son cordobeses. María demostró siempre ser una gran cocinera. Sus guisos y, sobre todo, sus arroces marcaron época. Mientras que Salvador dirigía la sala con profesionalidad y el gracejo de su tierra de origen.

Se hacen llamar Petit Appetit (pequeño bocado en francés) y sus restaurantes han sido la sensación de estos últimos años. Cada nueva inauguración ha recibido la atención del público y los foodies más atentos. Y no es para menos, el grupo ha abierto ya cuatro locales con una enorme aceptación.

A mucha gente puede parecerle un concepto extraño. ¿Cómo es posible un restaurante japonés sin sushi y sin cocina caliente? Esa la arriesgada apuesta del joven cocinero y empresario extremeño Borja Gracia, quien a sus 29 años ha pasado bastante tiempo viviendo en Nueva York y en Tokio. En esta última se enamoró de la gastronomía nipona. Descubrió allí platos y sabores que apenas llegan a Europa, la denominada "nueva cocina japonesa", que parte de la tradición y se actualiza de forma creativa, sin fusiones.

Si por algo se caracteriza el Barrio del Carmen, ubicado en el casco histórico de la ciudad de Valencia, es por ser un enclave perfecto para perderse, callejear y descubrir una amplia variedad de propuestas gastronómicas que van desde los take away hasta reconocidos restaurantes de cocina internacional de lo más chic. Pero, sin lugar a dudas, una de las más originales la encontramos en una pequeña taberna en pleno corazón del distrito donde nada, absolutamente nada, se cocina con aceite. Sigue leyendo porque merece la pena hacer un recorrido por sus platos más característicos y por la forma tan particular que emplean en su elaboración. Y, todo esto, en una cocina de poco más de 1 metro. Parece increíble, ¿verdad? Pues esto es La Botifarra.

En el corazón castizo de Madrid, frente a la popular plaza de las Vistillas, a un paso de la catedral de la Almudena y del Palacio Real, Casa Piluca mantiene la esencia de las viejas casas de comidas, esas que han conservado la identidad de la cocina tradicional madrileña incluso en los años en que parecía condenada a desaparecer.

Utilizan productos de proximidad y elaboran todos los platos con mimo y al momento. Otros no tardarían en ponerse la etiqueta de "kilómetro cero" o de "slow food" pero ellos quieren desvincularse de esto y se esfuerzan por defender su carácter local. Cercano a la rambla de Poblenou (Barcelona) pero alejado del ruido gastronómico que en ella se ofrece, el Bar Local sorprende con platillos de calidad y una sincera puesta en escena.
Este Chiringuito es el restaurante de una pescadería que lleva nueve años funcionando en el vecino Mercado de San Miguel. Son ellos los suministradores del restaurante. Se explica así la calidad del pescado y del marisco que se encuentra en esta casa.

Ibán González es la cara más visible de un trio de socios compuesto además por Leire Velasco y Marino Cid. El primero, fue el gerente durante los últimos diez años de vida del restaurante Samurai, un japonés que durante quince años se ubicó en la Cuesta de Santo Domingo, del que precisamente Marino, empresario de otros negocios ajenos a la hostelería, era su cliente. Cuando se cerró el establecimiento, empezaron a gestar la idea de una nueva apertura para no perder lo aprendido y lo disfrutado. Y ahora empiezan a vivir esta emocionante realidad.

José María Aguilar y su mujer Isabel, abrieron el Naif Madrid Burger&Bar local de aire hípster en el barrio madrileño de Malasaña el 12 de diciembre de 2011, el día de Nuestra Sra. de Guadalupe (el que Isabel sea mejicana, algo tendría que ver para la elección de esta fecha). Anteriormente habían tenido un bar de tapas en la calle del Barco, cuando el barrio todavía no era lo que es hoy.

Cerdanyola es una ciudad universitaria y activa. Sobresale sobre otras vecinas de corona metropolitana por su vitalidad, que la alejan del tristón concepto de colmena dormitorio. En su calle más céntrica y peatonal encontramos el Shapó, restaurante de espíritu alegre y comida sabrosa que sintoniza perfectamente con la actitud vitalista de la villa. Raúl Delgado, uno de los dueños, nos cuenta que hace tres años decidieron apostar por un restaurante apto tanto para el tapeo como para la cena larga y reposada.

El Born, Gràcia o l’Eixample son algunos de los barrios que solemos mencionar cuando en Barcelona pensamos en el comer. Desde hace un tiempo, la zona de La Bonanova - y más en concreto la calle Mandri y sus alrededores- también reclaman su pequeño lugar en el mapa gastronómico de la ciudad. Es lógico: la oferta crece y cada vez hay más restaurantes con propuestas contemporáneas que logran convivir con los establecimientos de toda la vida.

En la callejuela arrabalera donde encontramos el Cera 23, la Barcelona real parece resistir mejor la creciente gentrificación turística. Estamos a pocas manzanas de una Rambla que ha quedado para poco más que protagonizar canciones de gusto dudoso, pero este rincón es otra cosa. Otro mundo.

No cesan las aperturas en Madrid. Una de las últimas es este Albertina que se ha estrenado hace unas semanas en la calle de Alberto Alcocer. Un local amplio, con una atractiva terraza exterior y un comedor de tamaño medio al fondo en el que no estaría mal que, al menos a mediodía, se redujera el sonido de la música ambiental.

Martin Vila y Xavier Arroyo son dos cocineros con una trayectoria profesional de más de 20 años. Amigos de toda la vida, siempre habían deseado montar su propio restaurante. Tras un tiempo de búsqueda, hallaron por fin el local adecuado y, en diciembre de 2015, nacía Fulano Mengano.

La transformación de los antiguos bares en modernos espacios con una oferta de tapas creativas, más próximas a lo que se ha dado en llamar "cocina en miniatura", es ahora un fenómeno habitual. No lo era tanto cuando allá por el año 2001, en la plaza de Puerta de Moros, en el Madrid más castizo, abría sus puertas Juana la Loca, pionero por tanto en este modelo.

En Nobook proponen un plato goloso y complejo para combinar con una cerveza también compleja y suave. El resultado es un gol por la escuadra del paladar.