Carpaccio de alcachofa de temporada con trufa negra o el pulpo a feira con trinxat de col de la Cerdanya son toda una declaración de intenciones. Son dos de los platos que hay actualmente en la carta de Floreta, un restaurante que bebe de la tradición y que se inspira en los mejores productos del mercado para sus platos de cuchara. Sentarse a la mesa es todo un placer en este rincón acogedor del barrio de Poble Nou de Barcelona.
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Locales como el Nut Gastrobar reivindican la altura de miras gastronómica en barrios currantes de Barcelona como es el de Navas –a caballo entre el Clot y la Sagrera– . ¿Ha sonado clasista? No es mi intención, al contrario.
Los hermanos García de la Navarra, Pedro y Luis, son bien conocidos en Madrid. Luis, el más joven, es uno de los mejores sumilleres que hay en la capital, como demostró durante mucho tiempo en la bodega del restaurante Aldaba. Por algo fue presidente de la Asociación Madrileña de Sumilleres durante siete años.
La Barceloneta nos gusta. Por su olor a mar, por su aire marinero, por sus callejuelas de antaño y por su oferta gastronómica. En el mercado, verdadero corazón de este concurrido barrio barcelonés, se encuentra Caballa Canalla, un restaurante con tapas pero también con platos que recuerdan la tradición mediterránea.
Hay restaurantes que te caen bien en cuanto pones el pie en ellos. Es lo que me sucedió al entrar en Mexcla, un establecimiento del barrio de Gràcia de Barcelona. Un mexicano atípico al que llegué cuando habían terminado el servicio de mediodía. Su propietario, Cristhian Valencia, comía después del ajetreo matinal, y su jefe de cocina, Rubén Boldo, trasteaba con la mise en place de cara al servicio nocturno.
Hace cuatro años justos que el YOURS abrió sus puertas con vocación de alimentar informalmente pero sin perder ni un ápice de rigor gastronómico. Aniversario feliz, mucha energía positiva.
Los autóctonos del Poblenou que aún no lo conozcan se sorprenderán, y mucho, cuando descubran el restaurante Catacroquet, abierto el pasado mes de abril. El local, que se encuentra en un inmejorable chaflán de ese barrio, ocupa un antiguo bar-restaurante de “los de toda la vida”.
Son establecimientos con grandes cristaleras y una decoración en madera cálida y confortable, que podrían remitirnos a ciudades como Londres o Nueva York, y que ofrecen bocadillos, ensaladas y zumos saludables elaborados con producto local de cuidada calidad y a precios asequibles. En pocos años han proliferado en las calles de Barcelona y han ocupado establecimientos, a poder ser esquineros, en distintos barrios de la ciudad.
Los orígenes de este restaurante, hoy convertido en uno de los locales de referencia en cuanto a la buena comida en la zona de Sant Gervasi, se remontan a 1969. En ese año Manuel Varela, natural de la provincia de Orense –curiosamente la única de las provincias gallegas que no tiene mar– inaugura junto a su esposa Mayte Gago el Restaurante Marisquería la Xarxa que, unos años más tarde, se trasladó al actual emplazamiento de Casa Varela.
Dani López y Estela Velasco abrieron Kokotxa en 2002, cuando el cocinero tenía tan solo 27 años. Seis años después, en 2008, ya lograban la estrella Michelin que siguen luciendo.
Enrique Medina e Yvonne Arcidiacono son los responsables de esta elegante propuesta gastronómica que vio la luz en 2007, dos apasionados de la cocina con una amplia experiencia profesional a sus espaldas.
El Dynàmic era un local emblemático de Figueres, punto de encuentro de los naturales de la ciudad que, para su pesar, cerró sus puertas hace un tiempo. Pero como película con final feliz, ha reabierto y ¡de qué manera! Totalmente renovado, luce un estilo propio en el que brillan sus raíces ampurdanesas para ofrecer tapas y carta de primera calidad basados en productos de proximidad.
Una del mediodía, una pareja oriental y un grupo de italianos contemplan boquiabiertos desde sus taburetes el espectáculo más apetitoso cuando uno se dispone a “picar algo”: cómo cortan el jamón de bellota a mano con ese estilo inconfundible que ha hecho famoso este producto internacionalmente.
Sobre la mesa tienen ya unas cañas, olivas rellenas manualmente de anchoa y unas raciones de bravas y croquetas que captan la atención de los transeúntes. ¡Señores, esto sí que es un vermut!
Olvídate del fast food, del olor a frito, de las hordas de guiris y de los ingredientes congelados. Junto a la plaza Real de Barcelona, uno de los puntos más bellos y turísticos de la ciudad, hay por fin un restaurante donde se recupera el buen hacer en la cocina, con productos de calidad, un trato cercano y un ambiente acogedor.
Los que conocemos desde hace años los locales gastronómicos de la capital de l’Alt Empordà, por cierto, comarca referente en la restauración de Catalunya y España como bien demostró el gran Ferran Adrià, tuvimos una gran decepción con el cierre de El Dynàmic.
En este local se reivindica y revitaliza nuestro bocadillo sin complejos, ante el auge expansivo de pizzas y burgers y, huyendo de la vanguardia, nos ofrece una de las comidas más populares y tradicionales en España.
El restaurante Manairó, galardonado con estrella Michelin desde hace siete años, es el fiel reflejo de la personalidad de su chef, Jordi Herrera. Su legado y la cocina que domina y disfruta es la catalana, así pues, en Manairó encontramos recetas rescatadas del olvido y renovadas pasándolas por el tamiz de su voluntad creativa.
Conocí a Dani Carnero en el restaurante Galatino de Granada hace unos quince años. Era el gran momento de la cocina de vanguardia y un cocinero joven tenía que estar a la altura de las circunstancias y del momento. “Deconstruir” platos de la cocina tradicional, siguiendo la genial estela bulliniana era la consigna que se autoimponían muchas veces cocineros inquietos y bien formados.
Dicharachero y alegre, abierto en las distancias cortas, Dani Lopez es el chef y propietario del restaurante Kokotxa, en la Parte Vieja de San Sebastián con una estrella Michelín desde 2007. Cocinero de fogón más que de televisión, este donostiarra admite que es poco ‘mediático’, aunque se desenvuelve con soltura frente a la cámara de Gastronosfera.
Las ciudades siempre esconden secretos. Este es el caso de la Plaza Sant Felip Neri, a pocos pasos de la Catedral de Barcelona, que acoge el Hotel Neri. Se trata del único Relais & Châteaux de Barcelona, un lugar sofisticado donde ofrecen, para nuestro paladar, comidas sin parangón.
¿Es posible gastronomía conceptualmente ambiciosa y en pequeño formato, pero yendo más allá de la simple adoración por el producto? El respeto ciego a las materias primas parecía ser hasta ahora el camino para los establecimientos en la franja más accesible de precios como marchamo de buen hacer y conocimiento del pasado.