Leandro Gil es el joven chef del hotel Alma Pamplona. Aspirante a cocinero revelación en la última edición de Madrid Fusión, está dando mucho que hablar en estos meses, especialmente con su trabajo con verduras, hierbas y flores, buena parte de las cuales cultiva en huertos propios, siguiendo la tradición de la Ribera navarra donde nació. A partir de ellas practica una cocina fresca y ligera, natural, con presentaciones muy estéticas. Como punto negativo, un exceso de ingredientes en buena parte de los platos.
/ De mercado
Del mercado de La Boquería a los alrededores del Hospital de Sant Pau. Este es el recorrido que hizo Joan Enric Garcia para abrir su restaurante 4 plats i punt, hace ya un par de años. Su propuesta no puede ser más sencilla y su propio nombre la define. Ofrecen cada día cuatro platos diferentes: carne, pescado, vegetariano y plato del día. Comida mediterránea y producto súper fresco. No hay más misterio.
Juanjo Canals es un cocinero aún joven que comenzó su andadura profesional en los dos restaurantes de su familia: Doña Paca y Doña Paca de Abajo. Ambos, aunque ya desaparecidos, fueron referencia durante largos años en Madrid de una cocina casera y sabrosa con fuertes raíces andaluzas ya que sus padres, María Fran y Salvador Canals, son cordobeses. María demostró siempre ser una gran cocinera. Sus guisos y, sobre todo, sus arroces marcaron época. Mientras que Salvador dirigía la sala con profesionalidad y el gracejo de su tierra de origen.
El establecimiento, propiedad de la conocida familia Farnós, también propietaria del Thalasso Hotel El Palasiet, viene a completar la oferta de éste último. De hecho, donde hace décadas se ubicaba la casa club del hotel, ahora se alza Club Palasiet, con un aire muy renovado y una terraza de 1.500m2 que hace las delicias de todos aquellos que buscan desconectar frente al mar sin renunciar a una buena gastronomía.
El Born, Gràcia o l’Eixample son algunos de los barrios que solemos mencionar cuando en Barcelona pensamos en el comer. Desde hace un tiempo, la zona de La Bonanova - y más en concreto la calle Mandri y sus alrededores- también reclaman su pequeño lugar en el mapa gastronómico de la ciudad. Es lógico: la oferta crece y cada vez hay más restaurantes con propuestas contemporáneas que logran convivir con los establecimientos de toda la vida.
No cesan las aperturas en Madrid. Una de las últimas es este Albertina que se ha estrenado hace unas semanas en la calle de Alberto Alcocer. Un local amplio, con una atractiva terraza exterior y un comedor de tamaño medio al fondo en el que no estaría mal que, al menos a mediodía, se redujera el sonido de la música ambiental.
La Atrevida es un restaurante que surge de la colaboración entre uno de los mejores cocineros que ejercen en Madrid, Óscar Velasco, con dos estrellas Michelin en Santceloni, y el empresario Vicente Lorente, cabeza visible del grupo La Colección de Gastronomía del que el chef segoviano es socio y director gastronómico.
Con este son ya seis los restaurantes que David Lecanda tiene abiertos en Madrid. Lecanda, un vasco asentado en la capital desde hace dos décadas, abrió primero El Pimiento Verde, un asador al estilo guipuzcoano que ahora ya cuenta con cuatro establecimientos funcionando con gran éxito.
Habitualmente no es fácil comer bien, o al menos razonablemente bien, en los museos. El Centro de Arte Reina Sofía de Madrid ha hecho un esfuerzo por romper esa tradición incorporando dos espacios gastronómicos donde el nivel de cocina es bastante satisfactorio.
Los bares y restaurantes más interesantes acostumbran a ser aquellos que constituyen una prolongación de las aficiones o de la personalidad de quien los regenta, lugares con alma donde uno acude prácticamente con la misma sensación de bienvenida que percibiría de ir a su propia casa.
Los hermanos Xavier y David Andrés son un tándem fraternal de alto compromiso. Escogieron Somiatruites como nombre porque es palabra que habita entre los significados de soñador e iluso.
Sin duda, los que conozcan el restaurante Santa Gula de Barcelona confiarán a ciegas en la calidad de su hermano pequeño: Can Gula. Ubicado en el recinto Mercantic de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), un espacio de referencia para los amantes de las antigüedades y de los objetos vintage, el restaurante abrió en febrero de este año y ofrece una cocina informal y honesta, donde prima por encima de todo el producto de máxima calidad.
Pepa Muñoz se define a sí misma como cocinera "autodidacta". Tras trabajar junto a su madre, Aurora Muñoz, primero en la Casa de Córdoba y más tarde en El Qüenco de la calle Alberto Alcocer, que más de 30 años después de su apertura sigue siendo un referente de la cocina andaluza en Madrid, Pepa decidió independizarse y abrió su propio restaurante.
Dávalos es un cocinero que asegura que para desempeñar esta profesión prima mucho la vocación, ya que “es un oficio muy sacrificado que tiene cosas muy buenas pero implica muchísimo esfuerzo.”
Carlos se autodefine como alguien a quien siempre le ha gustado comer y valorar las buenas comidas, lo que le ha permitido acercarse a esta profesión y desear aprender y reinventarse constantemente.
Enric Granados es, quizás, una de las calles con más chic de Barcelona. Con sus galerías de arte, sus tiendas de diseño y su cada vez mayor y selecta oferta gastronómica. Se trata de una gran elección para ubicar esta gastrotaberna. TinGana abrió sus puertas la pasada primavera con la intención de servir tapas creativas y platos para compartir en un ambiente único, divertido.
La avalancha de aperturas registrada en Madrid en estos meses no permite siempre discernir bien entre lo bueno y lo malo. Muchos de los nuevos establecimientos se orientan más hacia un modelo de restaurante en el que lo importante es la decoración, el ambiente y el tipo de clientela. Algunos otros apuestan de forma más decidida por lo puramente gastronómico.
El Lago es uno de los cuatro restaurantes con estrella Michelin de Marbella junto a Dani García, que tiene dos, y a Skina y Messina, ambos con una. Su terraza, sobre el gran lago del campo de golf que circunda el restaurante, es la más bonita y tranquila de Marbella.
Resulta curioso como este restaurante, que acaba de recibir su primera estrella Michelin, pasó desapercibido durante casi una década sin que marbellíes, gastrónomos ni críticos le prestáramos ninguna atención. De repente, hace tres temporadas, empezó a hablarse de él y se convirtió en una de las referencias gastronómicas para los veraneantes habituales de Marbella.
En el centro de Tarragona, cerca de la Catedral y el Pla de la Seu, en una calle peatonal de fácil acceso desde la calle Mayor, está situado el Restaurante Arcs, en un edificio histórico que data del 1350 y todavía conserva ocho arcadas góticas en perfecto estado. En su momento fue una casa de labrador donde se comerciaba con hielo, gracias a un pozo de nieve que todavía existe y que originó el antiguo nombre de esta vía, la calle de la nieve vieja.
Hace cincuenta años, Serafín López abría en la calle de la Ballesta de Madrid una modesta casa de comidas. Como estaba situada justo enfrente de La Gran Tasca, un establecimiento muy popular por aquella época, la llamó La Tasquita de Enfrente. Durante más de tres décadas ofreció allí una cocina muy tradicional, con platos de éxito como la ensaladilla rusa o las patatas bravas.