/ De mercado

Me recibe la jefa de sala con una sonrisa sincera y me ofrece una mesa en el interior del local. Es un día caluroso así que el aire acondicionado se agradece mucho. Bebo una cerveza bien fría y miro a mi alrededor observando el interior de Cor Barra i Taula, el restaurante conocido por su cocina mallorquina cosmopolita.

Un espacio que enamora, en el centro del Empordà (Costa Brava), una gastronomía que apasiona, entre Catalunya y Sudamérica, y la mejor terraza para ver una puesta de sol

En el corazón de la sierra de Albarracín, en plena naturaleza, encontramos la Hospedería el Batán. Un pequeño hotel de turismo rural que guarda en su interior un tesoro gastronómico reconocido con una reputada estrella Michelin desde 2013. 

Acogedora y bien ubicada, esta masía del siglo XIII, preservada y restaurada, se ha convertido en un rincón muy querido por los vecinos de Sant Cugat del Vallès a los que les gusta comer bien y sentirse como en casa. Se trata de Vilallonga Masia Restaurant, un local que abrió puertas el pasado agosto, en plena pandemia y que ha apostado por la cocina de temporada hecha con mimo.

Arroces de todos tipos y variedades pero con un punto en común: producto de temporada y ese toque sabroso del Empordà. Víctor Marlès es el chef de este restaurante ubicado en Les Corts en el que reivindica el placer de comer bien.

A pocos pasos del Monasterio de Sant Cugat del Vallès, una preciosa abadía benedictina construida entre los siglos IX y XIV, se encuentra la Bodega Tomàs, el proyecto más personal del chef Eduard Tomàs.

Ganarse la vida con lo que te gusta es una suerte. Este sueño lo pudo hacer realidad Frederic Streich cuando hace diez años decidió unir la literatura y la gastronomía, sus dos grandes pasiones, en un único local. La gastrolibrería Context reúne en sus estanterías más de 3.500 títulos a la venta y en la mesa sirve un producto de temporada y de Km 0, de excelente calidad, que cautiva todos los paladares gracias al buen hacer de Natalia Quesada, la protagonista tras los fogones. Una cocina sin prisas y de buen digerir que el cliente saborea rodeado de libros.
Sorprender gastronómicamente hablando y hacerlo con un tique medio asequible es una gran tarea para un restaurante, y esta es, precisamente, la línea que sigue Restaurante Alameda, en Granada. Aquí un espacio sofisticado y elegante se une a una gastronomía de producto con un fuerte arraigo local y un guiño a la tradición, pero contando cada uno de sus platos con las técnicas de restauración de ahora. Todo esto le han valido casi una década de trayectoria en la que no han parado de innovar y crecer.
El local instalado al inicio de la Gran Vía ha decidido apostar por un delivery de productos elaborados al instante y que viajan especialmente bien. Te contamos las claves que han hecho de este establecimiento uno de los preferidos por los madrileños que se acercan al centro

A pesar de no llegar a la cuarentena, la xef Carlota Claver lleva ya unas cuantas décadas tras los fogones. Empezó capitaneando los dos restaurantes familiares, situados en el Eixample barcelonés, y ahora lo hace desde su propio restaurante La Gormanda, ubicado en la misma zona de la ciudad, en lo alto de la calle Aribau.

¿Qué hace de un lugar modesto e incómodo, alejado del centro de la ciudad, sea uno de los establecimientos con más éxito de Barcelona? La respuesta es sencilla: la calidad de su cocina. En Granja Elena, situado en el Paseo de la Zona Franca, se come muy bien. Ni más, ni menos. Y todo gracias a un cocinero de primer nivel, Borja Sierra, hijo de los fundadores de esta casa.

A Jaime Anasagasti le cambia el tono de la voz cuando empieza a hablar de lo importante que está siendo esta vuelta a la nueva normalidad. “Hemos regresado pero con mucho cuidado. En todo momento tenemos muy presente la actual situación que se está viviendo, nuestra prioridad sigue siendo la salud de todos los que nos visitan”, explica el cocinero madrileño, que a pesar de todo tampoco ha desaprovechado los días del confinamiento. “Le hemos dado un giro a la página web, que ahora incluye una pasarela de pago personalizada, y estamos en vías de potenciar el delivery”, continua Anasagasti.
Joya escondida, pero no desconocida en Sevilla. Bajo el Puente del Cachorro, al final del emblemático Paseo de la O que baña el Guadalquivir en Triana, encontramos este restaurante de diseño espectacular y ‘cocina de origen’ -como dice su slogan- donde priman el producto de cercanía, la belleza de la sencillez y el gusto por el homemade.

La Cosmopolita es uno de los pocos templos de producto que hay en el Centro Histórico de Málaga. Su carta cambia sin aviso, ya que el producto de temporada y de mercado son los que marcan los tiempos y los que mandan en la cocina. Es por eso que Dani avisa a sus clientes desde el principio: “Esto son los platos de hoy, no sabemos si los de mañana”, advierte en la carta. Por eso nunca hay que quedarse con las ganas de probar algo que nos llame la atención, por si otro día volvemos y no tenemos la oportunidad de degustarlo.

Cocina de proximidad, productos de temporada, espléndida carta de vinos y un marco incomparable: el Guadalquivir a su paso por Coria del Río.

Al frente de este proyecto, Remi y Kiko Vegas, dos hermanos que han aprendido el oficio de sus padres, propietarios del famoso Bienmesabe asentado en Málaga capital, y que cuentan con el apoyo de Berta Soria como jefa de cocina, Marina Zuñiga como segunda, Paqui Granados como ayudante y Samuel Benítez en la sala. Todos son jóvenes, y todos tienen muchas ganas de que se hable de este restaurante.

Es viernes, entro en la Calle Can Brondo haciendo ruido con los tacones bajos de mis botines marrones. Los adoquines me recuerdan que estoy en el epicentro, en el meollo de Palma, uno de los centros históricos más grandes de Europa. Dos pasos y, a la derecha, entro en El Bandarra. Una barra en forma de O estirada, coronada por un jardín verde —que me encandila—, lidera el local. Las paredes son de espejos. El suelo de cemento. A los lados, seis mesas altas de madera y taburetes.

No hará falta explicar que la hostelería es sumamente complicada al otro lado de la barra, pues hacer funcionar un negocio requiere inversión económica, horas de dedicación y horarios a la contra. Mucho sacrificio. Así, es fuerte la tentación de agazaparse bajo el manto protector de los progenitores cuando estos comandan un restaurante de alta cocina con mucho reconocimiento y sobrado prestigio, como es el caso de Daniel García, chef de Zortziko, distinguido con una estrella Michelin y dos soles Guía Repsol.

Una cocina sencilla, basada en la calidad del producto, la posibilidad de compartir de manera informal y la fusión de elementos vascos y catalanes, ha servido a La Baskula para afianzarse en la oferta hostelera de Bakio nada más abrir.
Si hay un punto que no nos tenemos que perder en nuestra visita a Andorra, sea en bicicleta, en coche, andando o con esquís, este es el Coll de la Botella.

Juan Manuel Vegas lo tenía claro al abrir este restaurante, y quería hacerlo basando la propuesta gastronómica en una cocina de cercanía, con productos de temporada y con un trato muy directo con el comensal. Su filosofía ha estado basada todos estos años en la confianza con sus clientes y en la intención de darles lo mejor de su casa. En definitiva, un concepto bien trabajado para no ser un restaurante al uso.

El restaurante tiene una filosofía gastronómica basada en compartir platos y en poder tomarlos en formato tapa. Una cocina informal y de calidad que se sirve en una sala con una decoración muy cuidada y acogedora. Siempre en la línea de hacer propuestas diferentes a lo que se puede encontrar en el centro de Málaga, el equipo de Cávea cuenta con un equipo que está muy involucrado en el proyecto, algo que se nota a la hora de hacer volar la creatividad en la cocina.

"Buscamos la esencia de la cocina tradicional, de producto y proximidad". Esta es la declaración de principios de Jordi Dalmau y todo el equipo de su nuevo restaurante, el Sumac. Un local donde el ADN de la cocina catalana de siempre está presente con elaboraciones tan clásicas como el bacalao a la “llauna” con alubias de Santa Pau; caracoles de Camallera con centollo o carrillera de ternera.

Tomamos mesa y mientras desciframos su carta nos damos cuenta que sus vistas también son espectaculares. Ya no solo por las casitas y viviendas que le rodean, sino también por las montañas que se muestran en el horizonte: la magnífica Sierra del Cadí. Unas vistas que permiten relajarnos, olvidarnos de todo y sentimos como en casa.