/ De mercado

No es casualidad que Pere Patuel sea el bisnieto de Dimas, el fundador de uno de los restaurantes más conocidos del frente marítimo de Mataró. “Supongo que esto me viene de origen, mis padres también se dedican al ramo de la restauración, tienen una tienda de comida preparada”, añade Patuel.

Es fácil verlos correr de un restaurante a otro porque entre las dos tabernas Arzábal sólo median unos pocos metros  y unos pocos meses en su apertura. Tal fue el éxito del proyecto que iniciaron Iván Morales y Álvaro Castellanos  en mayo de 2009 con su primera taberna en la calle Doctor Castelo de Madrid que en septiembre de 2010 abrían en Menéndez Pelayo la segunda con más espacio y pasando de 8 a 26 empleados.

Algo pasa en el Paral·lel de Barcelona. O, mejor, alguien. Alguien pasa transversal al Paral·lel y pone de relieve todas las tangentes de la gastronomía más vibrante. Cocina tecnoemocional, tapas contemporáneas, cocina nikkei, tapas tradicionales… en unos meses, también un mexicano. Y cada nuevo establecimiento es ejemplar dentro de su etiqueta. Estamos hablando de Albert Adrià.

Para los modernistas, el arte era su refugio y su religión. Querían cambiar la sociedad a través de la creación artística. Por más que desde la era carolingia se hable de 7 artes, hay muchas más y, para muchos, la cocina es una de ellas. Comer bien, hacer disfrutar al paladar, es una exquisitez que, como también reconocía Stendhal, puede provocar más de un desmayo emocional.

Romanca es un nuevo hotel restaurante rural ubicado en Medina de Pomar, a sólo 70 km de Bilbao y 85 km de Burgos. Su propietario, Alberto Cárcamo López, es un joven pero experimentado cocinero. Antes de empezar esta aventura, Alberto cursó estudios en la Escuela Superior de Hostelería y Gestión de Empresas Turísticas de Artxanda (Vizcaya) y tras su formación, empezó a trabajar. Y lo hizo con los mejores.

En los tiempos que corren, decir que el aforo de un restaurante está completo y con reservas previas de algunos días puede parecer una expresión subida de tono. Pero afortunadamente algunos establecimientos viven esta feliz realidad, consecuencia lógica del trabajo bien hecho y del cuidado en cada detalle.

Siempre es una buena noticia que abra un nuevo restaurante, hecho que se convierte en algo todavía mucho mejor si su calidad gastronómica es elevada. Así sucede con el Mont Bar, abierto el pasado 23 de marzo en el cruce de las calles Diputació y Aribau de Barcelona, bien cerca de la plaza Universitat.

El Wall 57 es un restaurante luminoso, amplio y diáfano situado en Valldoreix, a pocos kilómetros de Barcelona. Albert Ventura es el chef, que ha sabido traer toda la personalidad de la cocina del Coure, el otro restaurante que regenta en Barcelona, a este nuevo proyecto. Le acompaña en los fogones el cocinero Pau Pérez.

Hace unos meses el Roig Robí celebró su 30 aniversario y lo celebró como se merecía, con dos excelentes menús degustación. Ahora, una vez pasado el acontecimiento al que sin duda se ha llegado por la calidad del lugar y la fidelidad de su clientela, no hace falta celebración alguna para poder probar sus maravillosos platos, basados en la cocina catalana tradicional pero con un añadido de innovación y adaptación a los tiempos actuales.

En el siglo XI había en Barcelona un castillo medieval que contaba con una torre de defensa para repeler posibles ataques feudales. En el siglo XVII el general Joan Cortada se convirtió en su propietario y fue construyendo una masía alrededor de la torre. Se convirtió en una especie de fonda y refugio que alojó incluso a Isabel II y otros miembros de la monarquía. Alrededor de lo que se llamó Can Cortada había campos con todo tipo de hortalizas, que abastecían a los habitantes de Horta.

Els Casals es una iniciativa gastronómica y hotelera puesta en marcha en el año 2000, una apuesta de futuro de la familia Rovira que, después de los devastadores incendios forestales de 1994, decidió reconstruir esta masía, entre otras de sus propiedades, y embarcarse en un proyecto común.

Casa Roura posee una de las mejores relaciones calidad-precio de todo el estado. Además, el edificio donde se ubica es de una gran belleza arquitectónica y permite disfrutar de una cubertería y cristalería de primer orden, un servicio profesional, una cocina de calidad, etc. Y todo, en un entorno relajado.

No hay un rótulo en la Fonda Xesc, ni tan siquiera carteles fácilmente visibles en la entrada del pueblo que anuncien lo que es ahora uno de los más importantes reclamos gastronómicos. La fama de este restaurante, situado en Gombrèn (Girona), se ha moldeado gracias, principalmente, al boca a boca.

En Cambrils, pueblo marinero de la costa de Tarragona, se halla desde 1969 un restaurante de cocina de autor y de mercado, Can Bosch. Su chef, Joan Bosch, ha dado lugar a una nueva definición a este tipo de gastronomía: la que es fruto de la constancia y sabe jugar con los clásicos para convertirlos en modernos. Pero siempre con el mejor producto de temporada.

La restauración se ha convertido en un negocio nómada. Por suerte, algunos restaurantes históricos han logrado hacerse con una clientela fiel que les ha permitido sumar años, incluso décadas, sin necesidad de hacer mudanzas. Pero sólo una minoría han alcanzado la treintena y encima con clientela habitual tan selecta como Bono (U2), Woody Allen, el desaparecido Camilo José Cela, Fernando Trueba, Javier Bardem o Richard Gere.

Una puerta de madera minuciosamente cortada da la bienvenida a El Torreó de l´Indià, un restaurante de planta baja y levantado al lado de un exclusivo complejo hotel de cinco estrellas que recuerda sus orígenes.