Y es que si una cosa tenía clara el impulsor del proyecto, Federico Cervera, perteneciente a una familia de 4 generaciones de tradición culinaria, era que la filosofía del proyecto iba a beber de las raíces locales apostando por el producto autóctono. El resultado: diferentes estilos de cocina pero elaborada con productos de la comarca de la Marina Alta.
/ Mediterránea
La trayectoria del cocinero comienza en una pequeña pastelería de la capital donde siendo muy joven hacía ya sus pequeñas creaciones teniendo el dulce como protagonista. Aprovechó esta circunstancia para habilitar un salón contiguo donde empezó a experimentar su vena gastronómica ofreciendo comidas a los clientes. La cosa no fue mal y años más tarde abrió su primer restaurante en la zona más castiza de Castellón. Cocinero autodidacta, su único referente era lo que siempre había visto cocinar en su casa.
Cuando uno entra en ClassRoom deja el ajetreo de la calle Entença para disfrutar de un buen ambiente y cocina. Aquí cabe todo: desde un desayuno relajado, pasando por un menú con buen producto del día, hasta una cena romántica con platos elaborados o una mesa informal y divertida donde compartir unas tapas.
Pins 46 es el último en llegar al pequeño grupo de restaurantes de la familia Caules Arguimbau, que cuenta también con el restaurante pizzería Roma, y cuyo buque insignia es el casi mítico Café Balear.
La experiencia acumulada por Toni Martorell se transmite en su nuevo proyecto, una fonda que abrió el 3 de octubre de 2017, después de cerrar un ciclo fructífero y muy frenético junto al chef Marc Fosh, el primer británico que consiguió una estrella Michelin en España. Trabajó con él durante 7 años -Brasería Missa y Simply Fosh- tras haber pasado anteriormente por la Escuela de Hostelería de las Islas Baleares y de haber pisado cocinas de restaurantes destacados de Cataluña -como Can Jubany o Els Tinars- y del País Vasco -como Zuberoa-.
Para un restaurante marinero, pocas ubicaciones pueden ser mejores que el muelle del puerto, a la vera del mar. Noves Algues es un restaurante de medidas generosas y con amplia sala totalmente acristalada para disponer de una mejor contemplación de las embarcaciones amarradas. Además, cuenta con una terraza y un amplio espacio chill out para el tercer tiempo gastronómico.
Materializar un sueño
Hace 30 años Marga Villalonga inició uno de sus sueños, tener un restaurante propio: Ca Na Marga. Para hacerlo realidad compró un chalet en la urbanización Ses Salines, de Fornells, en la costa norte de Menorca y, junto a su marido Jordi Pons, lo transformaron en un restaurante, y abrieron las puertas del restaurante Ca Na Marga en el verano de 1988. Aunque no hay ningún antecedente familiar, cuando sus dos hijos Jordi y Maite crecieron, estudiaron hostelería y se incorporaron al negocio.
Tres metros y medio de profundidad de unas aguas tan ricas en nutrientes que se visten en tono verdoso debido a la abundancia de algas y fitoplancton. Una sopa salada y esencial que alimenta con generosidad a las ostras y a los mejillones que degustas justo encima de su hábitat. Milla náutica cero, más cerca no se puede estar. Y además, se va poniendo el sol. Tiñendo naranjas sobre el paisaje de una costa que regala la silueta pétrea e impresionante de los Puertos de Tortosa-Basseit.
La buena notícia del verano en Barcelona es la apertura de una nueva terraza con vistas únicas en Collserola. A estas alturas quien más quien menos ha descubierto grandes rincones en la montaña mágica pero en este caso, el restaurante El Mirador de Can Cases abre un nuevo espacio que lo aglutina todo: la puesta de sol con grandes vistas, música en vivo y una apuesta gastro de calidad.