En los últimos años se han popularizado en Barcelona los establecimientos dedicados a ofrecer las mejores especialidades de productos alimenticios típicos de distintos países o regiones, tanto europeos como del resto del mundo.
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Dice el saber popular que cuando los astros se alinean suceden cosas extraordinarias. Esa bien podría ser la historia de Chalito. Pero, vayamos al origen. En Castelldefels, el restaurante familiar Chalo de Tapas arrasa, desde hace años, con su comida que mezcla influencias argentinas, italianas y uruguayas.
Estallan los colores tras la enorme puerta de cristal: Guzzo es un restaurante situado face to face con el Born Centre Cultural. Justo al entrar, encontramos una gran barra equipada con mesas bajas (para relajarse antes o después de cenar) y una pared bautizada como muro de los deseos: cubierto a partes iguales de papeles de ilusión enroscados como papiros y de numerosas fotografías con comensales a sonrisa puesta. Es el feedback natural del Guzzo con sus clientes.
La rotación de bares y restaurantes en Barcelona es cada vez más salvaje, unos abren, otros cierran al poco de abrir o por jubilación, algunos se renuevan... Y otros, como Margarita Blue, se mantienen. Pero no solo eso, porque este restaurante de cocina tex mex, un clásico de la noche barcelonesa, celebra durante el mes de octubre su vigésimo aniversario y esto no deja de ser una buena noticia en este panorama gastronómico tan cambiante.
¿Nos da pereza asistir a un abarrotado mercadillo gastronómico pero nos apetece un poco de street food? No hay problema, la soleada terraza del Van Van Var, instalada en un tranquilo rincón del barrio de Poblenou (Barcelona), nos espera, desde el pasado mes de mayo, con una propuesta culinaria bien peculiar: mitad bodega, mitad food truck.
Y es que si algo tenían claro los hermanos García, Isaac y David, era su deseo de mantener intacta la esencia de un local que durante más de 70 años se dedicó a la venta de material de ferretería. Aunque su historia va mucho más allá. Concretamente a principios del siglo XX cuando el espacio que hoy alberga a El Faro Industrial era compartido, gracias a sus dos puertas de entrada, por la consulta de un doctor y por una cocida sala de baile.
Se hacen llamar Petit Appetit (pequeño bocado en francés) y sus restaurantes han sido la sensación de estos últimos años. Cada nueva inauguración ha recibido la atención del público y los foodies más atentos. Y no es para menos, el grupo ha abierto ya cuatro locales con una enorme aceptación.
La gastronomía, en mayúsculas, juega un papel crucial en Destino Ibiza. El chef del hotel, Samuel G. Galdón, recomienda pasar un día completo en el resort para degustar las diferentes propuestas gastronómicas que ha diseñado junto a su equipo. “El día comienza con un desayuno saludable”, explica, y matiza que es precisamente el desayuno, uno de los aspectos mejor valorados por los huéspedes del hotel.
Seguro que no es la primera vez que oís hablar de una tienda o de un restaurante pop up. Lo que quizás sí que os sorprenderá es encontrar un burguer bar dentro de una librería de libros de segunda mano.
Que el Paseo de Sant Joan se está convirtiendo en la nueva zona de moda para los hipsters y foodies barceloneses es, desde hace tiempo, un secreto a voces. El conocido triángulo friki -que aglutina librerías y tiendas donde encontrar cómics, juegos de rol, piezas de coleccionista e incluso videojuegos- ha dejado de ser el único reclamo para acercarse a este paseo.
Es fácil que el nombre Mika Milan nos haga pensar en un restaurante italiano aunque, si bien la pasta y los panini están presentes en su carta, solo hace falta entrar en este local ubicado en el barrio de Poblenou (Barcelona) para darse cuenta de que su propuesta gastronómica parte de Italia pero viaja por todo el mundo.
Su nombre no deja lugar a duda: entramos en una hamburguesería. Esto es lo que, a primera vista, podríamos pensar al acercarnos a este local ubicado en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Olvídate del fast food, del olor a frito, de las hordas de guiris y de los ingredientes congelados. Junto a la plaza Real de Barcelona, uno de los puntos más bellos y turísticos de la ciudad, hay por fin un restaurante donde se recupera el buen hacer en la cocina, con productos de calidad, un trato cercano y un ambiente acogedor.
Camisetas de deportistas en las paredes. Pantallas donde ver partidos (y no sólo los de fútbol). Hamburguesas y buen ambiente. No, no es un bar deportivo de los Estados Unidos. El Sp9rt House cae mucho más cerca: en Mataró. "Queríamos que fuera un lugar muy mediterráneo", explica Joan Navarro, uno de los tres socios del establecimiento.
Santi Olivella, el propietario del Cata 1.81, habla de su negocio con mucha ilusión, una forma poco habitual en quien hace 13 años que regenta un establecimiento: "Queríamos seguir siendo quienes somos, pero también nos apetecía hacer cosas nuevas. No es un equilibrio fácil, pero las ganas de no quedarte estático, el mercado, y nuestros propios gustos evolucionan, así que la carta también lo hace ".
No tiene el querido lector ninguna obligación de conocer que soy uno de los habitantes de la corona metropolitana barcelonesa (podríamos definirlo también como lo hizo Sidonie: Un Dandy de Extrarradio). Aunque sí que es mía la obligación de contarlo: mi profesor de redacción lo llama añadir el contexto y yo lo llamo poner la venda antes que la herida. Porque ni quiero ni puedo ejercer de sesudo crítico con las siguientes líneas dedicadas al 41º Experience que Albert Adrià conduce desde el 164 de la Avinguda Paral.lel.