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El mercado municipal de la plaza de Cuba ha sido históricamente uno de los enclaves más concurridos de la ciudad de Mataró, con permiso de su céntrica plaza de Santa Anna. Alrededor de este equipamiento se ha ido consolidando, en los últimos años, una variada oferta de restauración que busca acercarse a las tendencias gastronómicas que ya imperan en ciudades mucho más grandes como Barcelona y Madrid.
El boulevard de Juan Bravo en primavera es un festival de sensaciones. Pasear por esta histórica avenida madrileña también permite hacerse una idea de por dónde van los nuevos gustos gastronómicos de la ciudad. En el número 23 se sitúa Pólvora, al que después de unos meses de rodaje nos acercamos para conocer su carta y entrevistar a Gonzalo Sainz, un cocinero que está empezando a dar que hablar en los círculos más mediáticos.
Lo han querido llamar slow fast food, dando a entender que la gastronomía informal que practican no deja de lado lo saludable y natural. Y parece que han acertado. Nibble es uno de esos espacios que por el bien de todos debería existir en toda ciudad moderna que se precie. “Nuestro objetivo es que todo el que pase por aquí pueda disfrutar con la comida de la forma más desenfadada posible”, explican Luis Miguel, José y Diego, los artífices de este nuevo restaurante ubicado en el Paseo de la Castellana, a la altura del número ochenta y nueve.
El ser humano presume de ser el animal más inteligente de la Creación, el único capaz de someter al resto y de crear y desarrollar un arte coquinario que, efectivamente, le distingue de los demás moradores del planeta Tierra; y así seguirá siendo al menos hasta que alguien descubra a un leopardo cocinando una gacela thompson antes de hincarle el diente. Pues bien, resulta que ese hombre (y esa mujer) es también un animal de costumbres y una víctima propiciatoria de las modas.
Vivimos un momento especialmente dulce dentro del mundo de la restauración. Pasados los tiempos de la burbuja, es ahora cuando mejor se puede apreciar todo lo que han aprendido cocineros y restaurantes. No es de extrañar que una noche cualquiera las opciones buenas y muy buenas se hayan multiplicado en este último año. Una de las aperturas más sonadas, por propuesta escénica y gastronómica, seguramente sea Bule Bule.
Tras pasar por varios restaurantes con estrella Michelin como Akelarre de Pedro Subijana o El Poblet de Quique Dacosta, Marta Lapiedra y Andreu Reig decidieron emprender su andadura gastronómica en solitario. Ellos tenían ganas de crear, de hacer su propia cocina y dejar volar su imaginación en platos que hasta el momento solo estaban en su cabeza. En cada una de sus creaciones recuerdan la comida de sus respectivas madres, de la tierra, de sus orígenes y de los viajes que han llenado sus mochilas de sabores e influencias.
Carito Lourenço y Julia Ascanio son dos mujeres de rompe y rasga que han revolucionado desde La Central de Postres el panorama gastronómico de la ciudad de Valencia, cubriendo una necesidad hasta ahora prácticamente inexistente del canal horeca: la buena repostería. O lo que es lo mismo, aquella que te deja un buen sabor de boca lejos de empalagar.
En estos dos años de andadura de Doña Petrona, sus propietarios Germán y Carito han conseguido poner de moda el consumo de la típica empanada argentina en Valencia. Circunstancia que no es de extrañar ya que a su origen argentino se une la convicción de que este producto, cuya receta es elaborada por Carito siguiendo la original de la madre de Germán, es el emblema de su “casa de comidas” donde se fusiona lo español y lo argentino a partes iguales.
Cuando abrió hace 2 años en la urbanización playas de Fornells, en la costa norte de Menorca, Isabella fue la sensación del verano en Menorca, por lo novedoso del concepto beach club en la isla y porque sentarte en una silla menorquina, con una copa en la mano o picando algo, mientras el sol se va escondiendo detrás del imponente cabo de Cavallería, es una auténtica delicia.
Las listas y los distintos reconocimientos destinados a reconocer la calidad de cocineros y restaurantes son seguidos de un tiempo a esta parte con especial interés por profesionales y aficionados a la gastronomía siempre ávidos de descubrir un plato que les sorprenda, una receta que desconozcan, un aroma que les embriague, un sabor inolvidable. Y entre los distintos símbolos que otorgan mil y una empresas quizá el más relevante y valorado a nivel internacional sea la estrella que, hasta un máximo de tres, otorga la marca de neumáticos Michelin.
Guzzo es mucho más que un bar de copas. Es, sin duda, uno de los locales más cosmopolitas e inquietos del barrio del Born, siempre esforzándose por buscar la diferencia a través de su gastronomía, de su apuesta por la música en directo y de su vinculación con artistas urbanos -por aquí han pasado firmas destacadas como Ernest Zacharevic, B-Toy y Miss Van, entre otros- que mensualmente transforman con sus intervenciones las paredes del local.
Y es que German Carrizo y Carito Lourenço, anfitriones y propietarios, han logrado traer a su restaurante a los chefs número 1 de Argentina para cocinar a 6 manos en las jornadas “Los hermanos sean unidos”, un lema que hace referencia al poema que en 1872 escribió José Hernández sobre el exilio.
Inquietos y emprendedores, en el año 2017 deciden emprender un camino juntos y el 1 de julio crean Vandal, una fonda de alta cocina con un punto irreverente que la Asociación de Periodistas y Escritores Gastronómicos de las Islas Baleares han premiado como restaurante revelación 2017.
Si algo caracteriza a Benjamín es su espíritu cosmopolita, ese que ha sabido transmitir al concepto que quería poner en marcha en Nuevo&Sur. Desde su Holanda natal viajó a Barcelona con solo 16 años para trabajar en hostelería. Después vendrían otros países: Reino Unido, Austria, China, Sudáfrica, EEUU… Todas estas vivencias y aprendizaje le llevaron a conceptualizar su propuesta gastronómica ideal y aprovechando que su familia vivía en Málaga, no dudó en viajar al sur de España para ponerla en marcha.