Puches dulces manchegas: qué son y cómo prepararlas
Con la llegada de Todos los Santos, las mesas de La Mancha se llenan de aromas y recuerdos. Entre los dulces tradicionales de esta festividad destacan las puches, una crema humilde y reconfortante que ha acompañado a generaciones en veladas familiares. De origen sencillo y campesino, este postre ha pasado de ser un alimento cotidiano a convertirse en símbolo de tradición y memoria gastronómica.
¿Qué son las puches?
Las puches dulces son una especie de papilla espesa elaborada principalmente con harina, leche, azúcar, anís y canela. Su textura recuerda a unas natillas o a una bechamel dulce, y se sirven calientes, a menudo coronadas con picatostes de pan frito que aportan contraste crujiente.
En su origen, las puches se preparaban con agua y harina, sin lujos, como sustento calórico para los días fríos del campo. Con el tiempo, la receta se enriqueció con leche y azúcar, transformándose en un postre festivo propio de la festividad de Todos los Santos, compartido en familia tras la visita al cementerio o en las reuniones vespertinas.
Puches y tradición en Todos los Santos
Consumir puches el 1 de noviembre en Castilla-La Mancha es un ritual que une lo cotidiano con lo simbólico. Se dice que, al calor del brasero, las familias compartían este dulce mientras se recordaba a los difuntos, en un acto de memoria y comunidad.
En algunos pueblos, las puches también servían como comida de vigilia: al no llevar carne, eran aptas para la tradición religiosa. Además, los ingredientes básicos (harina, leche, azúcar) estaban siempre disponibles en las despensas rurales, lo que facilitaba su preparación.
Hoy en día, aunque han perdido el papel central que tuvieron antaño, siguen muy presentes en las casas manchegas durante Todos los Santos. Algunas pastelerías y restaurantes locales las ofrecen en carta, adaptándolas incluso con versiones más ligeras o aromatizadas con licores.

Recetas de puches dulces manchegas
A continuación, te proponemos dos formas de prepararlas: la más tradicional y una versión enriquecida con un toque moderno.
Puches tradicionales manchegas
Ingredientes (4 raciones):
- 100 g de harina de trigo
- 750 ml de leche entera (o mitad leche, mitad agua)
- 100 g de azúcar
- 50 g de pan (para picatostes)
- 1 rama de canela
- 1 piel de limón (solo parte amarilla)
- 1 cucharadita de anís en grano
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
En una sartén, calienta un poco de aceite y fríe el pan cortado en dados hasta que quede dorado y crujiente. Resérvalo sobre papel absorbente.
Tuesta ligeramente la harina en una cazuela con un par de cucharadas de aceite, removiendo para que no se queme.
Añade la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta lograr una mezcla sin grumos.
Incorpora el azúcar, la canela en rama, la piel de limón y el anís en grano. Cuece a fuego medio durante unos 10-15 minutos, removiendo hasta que espese.
Retira la canela y el limón antes de servir. Reparte en cuencos y decora con los picatostes fritos.

Puches modernas con toque de licor
Ingredientes (4 raciones):
- 100 g de harina de trigo
- 700 ml de leche entera
- 100 g de azúcar moreno
- 1 rama de canela
- 1 piel de naranja
- 1 cucharada de licor de anís dulce o de naranja
- 50 g de nueces picadas (opcional, para decorar)
- 50 g de pan para picatostes
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Prepara los picatostes de pan como en la receta tradicional y resérvalos.
En un cazo, tuesta la harina con un chorrito de aceite hasta que tome un ligero color dorado.
Vierte la leche poco a poco, batiendo con varillas. Agrega el azúcar moreno, la rama de canela y la piel de naranja. Cuece hasta que espese.
Retira del fuego y añade el licor de anís o de naranja, removiendo bien.
Sirve en cuencos, decora con nueces picadas y los picatostes.

El sabor de la memoria
Las puches son mucho más que un postre: son un testimonio de la cocina de aprovechamiento y de la riqueza cultural de Castilla-La Mancha. Con cada cucharada se saborea el legado de generaciones que, con ingredientes básicos, lograban un plato reconfortante y lleno de simbolismo.
Hoy, ya sea en su versión más clásica o con adaptaciones contemporáneas, las puches siguen siendo una invitación a recordar y a compartir alrededor de la mesa. Porque la tradición, como la memoria, también se alimenta.