Cosa Fina
Durante años fue un sueño. Un sueño compartido por tres amigos que se encontraban habitualmente en un gastrobar de Murcia, donde uno oficiaba de cocinero, otro en la sala y un tercero, de habitual cliente. Y el sueño se cumplió en 2018, concretamente un martes y trece, cuando los tres amigos se convirtieron en socios y se lanzaron a la aventura de crear Cosa Fina. Cuatro años más tarde, es uno de los gastrobares más reputados de la Región, un coqueto y amplio restaurante en el centro neurálgico de la capital murciana. El conjuro de la superstición no funcionó. O sí, porque tuvieron que cerrar el martes 13 de 2020, como toda la hostelería del país.
Un bonito y amplio local de dos plantas, una pequeña barra con mesas altas para un tapeo reposado y a la murciana (es decir, copioso) y una exigua terraza que, con cinco mesas ocupa la cuarta parte de la superficie de una recoleta plaza peatonal son algunas de sus armas. Insólita pero cálida decoración a medio camino entre estilo nórdico y aires tropicales, repleta de elementos naturales acoge a un cliente atraído por una imaginativa cocina y un impecable servicio. Este año optan al Bid Gourmand de la Guía Michelin, un reconocimiento otorgado a los establecimientos que sirven una cocina de calidad a precios contenidos.
Pese a la amplitud de su carta “todas las elaboraciones las realizamos al momento”, aclara el cocinero, Manolo Castro. “Eso implica tener una muy buena organización y una ‘mise en place’ muy completa”. Y, por supuesto, trabajar con producto fresco, de temporada y escogido especialmente de la despensa regional. Esto es una clave teniendo en cuenta que la oferta de aperitivos alcanza las 25 referencias y las creaciones del chef, la docena: un sorprendente maridaje en su sardina trufada; un aéreo buñuelo de bacalao con menta y mahonesa de kiwi con miel; un delicioso tartar de vieiras con fresas, el guiño humorístico de un ‘conejo playboy’; una brocheta de chato murciano -especie porcina autóctona de la región der Murcia- lacado acompañado de brócoli crujiente; un sabroso carpaccio de presa ibérica de bellota, salmorejo, huevo de codorniz, lomo ibérico de caña y tomate frito casero, o una cococha de bacalao en tempura con pil pil de pimiento de piquillo y espárragos trigueros. Como define el propio cocinero, “cocina muy mediterránea con toques de autor, basada en buena materia prima y de base regional”. De hecho, en Cosa Fina se cambia la carta en función de la temporalidad de los productos y además siempre hay varias recomendaciones fuera de carta, sugerencias en función de lo que se ha encontrado esa mañana en el mercado. Como suele pasar, funcionan muy bien los huevos trufados con un cremoso de foie, cocinados durante 50 minutos a 62,8 grados; pero también el esturión confitado, la lubina 75º o la croqueta de sepia.
Una de las claves para que todo funcione como un reloj suizo es la formación y la profesionalidad del personal de sala. En eso, Juan Campoy, su responsable, lo tiene muy claro.: “Para empezar todo nuestro personal -21 en el conjunto, 7 en cocina- está en plantilla, nunca usamos extras, está muy bien formado y contento de trabajar aquí” Y es que Cosa Fina es una ‘rara avis’ en el sector, con jornadas de trabajo de 40 horas semanales y dos días de descanso semanal. “Los camareros conocen al dedillo cada plato de la carta -continúa- y son ellos los que manejan el ritmo de la cocina y del servicio”, explica. Tomate partido con ventresca, con boquerón y tallos o con salmuera forman parte del capítulo ‘De la Tierra y el Mar’; almejas de carril, gambas rojas, berberechos, quisquillas y ostras gallegas Reina, aparecen en ‘De nuestros mares’; lubinas, lenguados, gallo pedros, y tartars de salmón y atún rojo se enseñorean del apartado ‘De la lonja a la mesa’, y los entrecots de rubia gallega, los solomillos, las plumas ibéricas, las carrilleras con mahonesa y aromas del Mediterráneo y las minihambuguesas de chato murciano mandan en el capítulo de carnes. Una decena de postres caseros completan la oferta.
“Lo que nosotros queremos, y es por lo que luchamos cada día, es que la gente venga a nuestra casa a disfrutar con nuestra cocina y con nuestro servicio”, cierra Manolo Castro. Lo dicho: Cosa Fina.