Can Rectoret

Can Rectoret: masía y terraza con sabores tradicionales
8 Diciembre, 2021
A lo largo de noventa años, en Can Rectoret (Santa Perpètua de Mogoda) se ha elaborado cocina tradicional catalana. Y así siguen, apostando por el producto de calidad, y también por el de temporada. Esta masía potencia ahora mucho más su espacio exterior, con una enorme terraza jardín, adaptada a todas las inclemencias del tiempo, y una barra exterior donde hacer el vermut o tomar unas copas después de regalarse uno de sus buenos ágapes

Hace ya más de tres años visitamos Can Rectoret, una masía del siglo XVI que durante décadas se ha ido transformando en un enorme restaurante dedicado a la cocina tradicional, y que se ha convertido en toda una institución gastronómica en Santiga (Santa Perpètua de Mogoda). Allí, Dídac García Carreté, nos contó la historia de este establecimiento, que, a su vez, es la historia de cinco generaciones de su familia. Hoy volvemos a acercarnos a Santiga para ver cómo este restaurante, a pesar de su legado histórico, continúa sorprendiendo con novedades a sus fieles clientes.  

Can Rectoret

Mucho más exterior

La más visible, y que ya se estaba trabajando en nuestra primera visita, es la consolidación de su espacio exterior. El paso de la pandemia por nuestras vidas ha hecho que la terraza de Can Rectoret haya ampliado su número de mesas, configurando un agradable entorno al aire libre cargado de plantas, flores y decoración vegetal. El espacio también está pensado para aguantar los meses de frío, con la ayuda de estufas y de zonas semi cubiertas. Si vais en grupo, reservad en el “rincón romántico”, una zona recogida y resguardada por una enorme parra, perfecta para preservar vuestra privacidad. 

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Cerca de esta terraza-jardín, disponen de un espacio de grandes dimensiones que ellos mismos denominan “La Plaza”. Allí han dispuesto una barra, mesas, barriles y mobiliario exterior que recuerda un chill out para configurar un espacio versátil, que tanto invita a disfrutar de un vermut o de una cerveza al sol antes de la comida como a tomarse el café de después. La carta no está disponible en este espacio, pero sí su combo vermutero -olivas, berberechos, queso y chips- y sus tapas de banderillas y boquerones. Por la tarde noche, “La Plaza” se ilumina y se convierte en un lugar para tomar copas -sus mojitos clásicos, de fresa o de Jägermeister son un éxito- y escuchar música en directo.

Tradicional y de temporada 

En el interior, la masía del siglo XVI conserva el encanto de sus paredes de piedra y de sus salas de comedor a distintos niveles. Nos reencontramos con su carta, basada en el recetario catalán, en la cocina tradicional y en la materia prima de calidad. Eso se transforma en una larga lista de platos clásicos, fríos y calientes, entre los que destacan las mongetes del ganxet, la escudella, los canelones o su infinita variedad de croquetas caseras. Su otro gran reclamo es la brasa, que se vislumbra en la entrada de la masía. Allí elaboran desde un entrecot de buey del País Vasco o un filete de ternera de Girona, hasta un cabrito, unas carrilleras o una presa de cerdo ibérica, sin olvidar los vegetales y las verduras. Como novedad, han incorporado el triplete de butifarras: de payés, negra y de pincho moruno. Perfecto para compartir. 

Can Rectoret

Dídac García Carreté insiste en que otro de los valores de Can Rectoret es su trabajo con el producto de temporada. Por eso, su carta se llena ahora de platos con setas, con raciones generosas y que hacen salivar con solo mirarlos. Entre sus propuestas están el variado de setas a la brasa, que incorpora níscalos, ceps, ous de reig, una variedad difícil de encontrar, y llenegas, entre otros; el salteado de garbanzos con rebozuelos y trompetas amarillas; o los níscalos con huevo y foie, una delicia de la que el comensal no podrá escapar. 

Can Rectoret

Amor al bacalao

Mantienen su apuesta por los bacalaos, ya que ofrecen nueve especialidades: algunas tradicionales como el bacalao a la llauna o con sanfaina, y otras más novedosas como el bacalao con crema de ceps, muy de temporada, o a la napolitana, su más reciente incorporación. Y es que mayo es el mes del bacalao en Can Rectoret y semanalmente preparan dos o tres recetas nuevas. La que tiene más aceptación entre la clientela se queda en la carta. Además, todos sus postres son caseros: pastel de tiramisú, lemon pie, carpaccio de piña con crema catalana y un largo etcétera.  

Can Rectoret

Su oferta se complementa con desayunos de tenedor, y los jueves al mediodía siempre hay un arroz de montaña o de pescado, que elaboran para dos personas o individual. Además, se preparan ya para los menús navideños de grupo y para la temporada de calçotadas, otros de los puntos fuertes de Can Rectoret. Sus calçots son de Km0 y los cultiva un payés solo para ellos; su romesco se elabora según una receta secreta que vale la pena probar. El mismísimo Néstor Luján, gastrónomo reputado y habitual del restaurante, decía que el mejor romesco de Barcelona se elaboraba aquí. Los clásicos nunca fallan.  

Fotos: Flaminia Pelazzi

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