A mediados del siglo pasado, el Caribe y el turismo norteamericano hacia la isla de Cuba fueron mucho más que un fenómeno de masas, convirtiéndose en una auténtica fuente de inspiración artística en terrenos como la música, la moda y, por supuesto, el cine. ¿Quién no recuerda los filmes inspirados en La Habana y sus cabarets emblemáticos como Tropicana? ¿O las secuencias en playas de ensueño como Varadero?


