Lo nuevo para comer en Madrid: las 4 aperturas que no deberías dejar pasar
El año se acerca a su fin y, sin embargo, Madrid sigue sumando direcciones gastronómicas que merecen una visita antes de que cierre este singular y sabroso 2025. Entre nuevas aperturas y proyectos ya establecidos, la ciudad vive un momento de enorme diversidad culinaria: bares de barrio renovados, tabernas de autor, bistrós contemporáneos, fusiones bien planteadas, barras creativas y locales donde el producto manda y marca la diferencia. A continuación, cuatro de los espacios más comentados del año, imprescindibles para comer o cenar en los últimos meses del calendario.
Gabo’s, una noche neoyorquina en Madrid
En el barrio de Salesas, Gabo’s ha conseguido establecerse como una de las aperturas más singulares del año. Su propuesta resulta de lo más estimulante posible: cocina de inspiración neoyorquina, producto de calidad y ambiente nocturno con acento madrileño, donde se pone en valor la música pinchada a vinilo. En su carta aparecen clásicos reinterpretados y platos estrella como la ensalada César, el sándwich de rosbif, las hamburguesas o la pizza servida por porciones. También destacan elaboraciones como los nuggets con caviar o los postres caseros. La coctelería es otra de sus bazas imprescindibles, con un bartender curtido en espacios respetados de Argentina, y que acompaña una estupenda carta de champagnes y vinos.
El espacio, situado en un semisótano de ladrillo visto, en uno de los barrios más gastronómicos de Madrid, mantiene un muy conseguido estilo industrial, a la vez que acogedor, con un servicio ágil y una clientela que se nota disfrutona. En definitiva, Gabo’s es un restaurante pensado para cenas distendidas, en las que dejarse llevar por el momento, pero con la seguridad de un producto bien trabajado, sin demasiadas alharacas. Ideal para quienes buscan una propuesta moderna, urbana y de calidad antes de salir a continuar la noche.
Dirección: Calle de Prim 5, 28004 Madrid.
Caja de Cerillas, una fonda de prestigio
Caja de Cerillas es una de las casas de comidas más celebradas de la temporada. El chef Enrique Valentí ha apostado por un formato reducido —apenas 25 plazas— y una carta que reivindica la cocina tradicional con materia prima de primera línea. Aquí los protagonistas son los guisos, las recetas de tiempos precedentes y los pescados y carnes con los que reivindicar nuestras costas y campos. Entre las opciones más destacadas figuran los huevos estrellados con gambas al ajillo, el cóctel de gambas, la oreja bien churruscada con salsa brava o las judías verdes con patata chafada.
Un chiscón de los de antes, discreto y cálido, que se apoya en un servicio amable y una filosofía centrada en el producto y la estacionalidad. Su éxito radica en la regularidad y la ausencia de artificios: cocina española honesta y un ambiente que recuerda a las fondas clásicas, en la que el confort y la atención son sus máximos baluartes.
Dirección: Calle Donoso Cortés 8 (esquina Magallanes), 28015 Madrid
Nato, fusión de barrio
Ubicado en Usera, Nato ha aportado un soplo de aire fresco a la zona con una propuesta que fusiona la cocina mediterránea con técnicas asiáticas. Su especialidad es la robata japonesa, una parrilla de carbón que da un sabor diferencial al producto, en el que se consigue jugosidad y ahumado sin grandes sobrecocciones. En la carta se alternan las tapas, las recetas diminutas y unas siempre sustanciosas elaboraciones a la brasa, con ingredientes de cercanía y guiños tanto al recetario español como a esa cocina oriental que tanto gustan a sus tres dueños. ¿Platos a destacar? La deliciosa zamburiña con mantequilla y anchoa o el ravioli crujiente con creamy spacey. La bodega, centrada en vinos naturales, da idea de lo perspicaz y atentos que andan en cuanto a las tendencias en cocina y bebida. Es decir, vinos con poca extracción y de enorme frescura. Además de genuinas cervezas.
Un proyecto radicalmente joven y con carácter, donde el fuego y el sabor forman parte de la identidad de un lugar asequible. A todo ello se añade un local de estética sencilla, que revela por qué Nato se ha convertido en uno de los nombres que más curiosidad despiertan en la nueva escena madrileña. Perfecto para quienes buscan una experiencia gastronómica diferente, sin salir del entorno de barrio.
Dirección: Calle de Elisa 1, 28026 Madrid
La Capa, reivindicando lo auténtico
La Capa, en Carabanchel, es otro de los proyectos que han marcado el año. Se presenta como una taberna de las de siempre, pero que en realidad esconde un bar de vinos, donde se mezclan recetas tradicionales con una bodega extensa y bien seleccionada, perfecta para un buen maridaje. En su carta hay platillos célebres, como las kokotxas al pil-pil, filete empanado como el que hacía tu madre o una ensaladilla con topping que se ha vuelto uno de sus imprescindibles. Todo bajo una propuesta gastronómica centrada en la sencillez y la curiosidad, que no dice que no a nada, pero que sobre todo pone en valor la sobremesa y la cercanía.
Su filosofía apuesta por el vino accesible —tanto por copas como por botella, también hay porrón y vino de grifo, además de Estrella Damm—. Uno de esos lugares que hasta que no se visita no se sabe bien que es, pero que no deja indiferente, con un público que acude tanto a tapear como a cenar de manera informal. En definitiva, La Capa confirma lo que muchos ya pensábamos, que la gastronomía madrileña necesitaba salirse a otros barrios y tomar los bares de siempre para darle un buen meneo a la hostelería de nuestros días.
Dirección: Calle Condes de Barcelona 8, 28019 Madrid
Cuatro paradas imprescindibles para cerrar el año con buen sabor
Madrid sigue demostrando que su escena culinaria no entiende de estaciones ni de barrios. De Salesas a Carabanchel, estas cuatro aperturas resumen una ciudad inquieta, diversa y cada vez más apetecible, donde comer bien sigue siendo uno de los grandes placeres cotidianos.