Chocolate Dubái: un antojo que ahora es tendencia global
A nadie le amarga un dulce... ¡o eso se ha dicho siempre en España! Ahora, que llega la época de polvorones y turrones, parece que incluso aquellos que no son muy de dulce tienen esa predilección por los sabores más golosos. Y si pensabas que el dulce por antonomasia —nuestro amado chocolate— ya no podía sorprenderte más, espera a que pruebes lo que representa el fenómeno actual que se ha puesto tan de moda y, seguro, ya no puedes dejar de ver en todos los supermercados y redes sociales.
El chocolate Dubái ha pasado en apenas un par de años de ser “esa curiosidad exótica” que veíamos tan lejana a convertirse en un auténtico estándar internacional. Con su mezcla de sabores oriental, textura crujiente y estética irresistible, no es solo un dulce: es símbolo de lujo, gusto visual y —por qué no— de snobismo. Pero también de revalorización de ingredientes como pistachos, dátiles o masa kataifi. Hoy, el chocolate Dubái ha cruzado fronteras. Y ya no solo se ve en los afamados vídeos de youtubers titulados “probando el inconseguible chocolate de los jeques”, sino que se compra como regalo gourmet, se comparte y se degusta.
Pero ¿qué hay detrás de este boom? ¿Por qué ha generado una auténtica avalancha de productos, imitaciones y deseo? ¿Por qué este chocolate se ha convertido en una tendencia global con fecha propia? Vamos allá.
El origen de un dulce viral
El chocolate Dubái surgió en 2021 de la mano de la chocolatería emiratí Fix Dessert Chocolatier, cuando su fundadora, embarazada, transformó un antojo en algo revolucionario. Quiso captar la esencia del dulce tradicional árabe knafeh —una mezcla de pistacho, masa filo crujiente y tahini— y la enclaustró en una tableta de chocolate de leche. El relleno combina crema de pistacho y tahini con kadayif (masa filo picada), lo que da como resultado una textura cremosa por dentro y crujiente por fuera.
La receta inicialmente poco conocida explotó en 2024 gracias a las redes sociales. Usuarios de plataformas como TikTok reinterpretaron este dulce en vídeos virales: el crujido, el contraste del verde pistacho, la presentación... todo invitaba a grabarlo, compartirlo, probarlo. Desde entonces, el chocolate Dubái no ha parado.
¿Qué lo hace especial? Textura, sabores e ingredientes
Lo que diferencia al chocolate Dubái del clásico no es solo su nombre. Su magia viene de la combinación de elementos poco frecuentes en una tableta convencional:
El uso intensivo de pistacho: el famoso “chocolate con pistacho” no es un añadido ornamental, sino el núcleo del dulzor, junto con tahini o crema de pistacho. Esa riqueza de fruto seco aporta profundidad.
La masa filo (kadayif / kataifi): aporta el crunch que muchos definen como casi adictivo, el contraste perfecto con el chocolate suave. Esa textura le da identidad.
Para algunos, versiones más sofisticadas añaden especias árabes, a veces pequeñas referencias a sabores tradicionales: dátiles, azafrán o incluso toques especiados que recuerdan la repostería del Golfo. Gracias a esa combinación, este dulce ha crecido en categoría: ya no es una tableta más. Es un objeto de deseo, casi una pieza de lujo. En algunos mercados se vende como “regalo gourmet”: elegante, refinado y distinto.
El auge definitivo del chocolate Dubái tiene nombre y apellido digital: “tiktok foodie”. El boom en redes en 2024 disparó la demanda, viralizó su estética y convirtió el pistacho en un ingrediente trendy. Ese furor global ha provocado efectos colaterales inesperados: escasez de pistachos, versiones “look-alike” en supermercados, imitaciones de gama baja… Incluso grandes marcas de chocolate lanzaron sus propias versiones inspiradas en el Dubái original.
Cómo degustarlo y por qué vale la pena
Si quieres probar este fenómeno con criterio, hay algunos consejos. El chocolate Dubái funciona especialmente bien con bebidas tradicionales de su origen: un maridaje con café árabe —intenso, especiado, con cardamomo— potencia sus matices de pistacho y tahini, y equilibra su dulzor.
También es un perfecto candidato a reinterpretaciones: dátiles rellenos y trozos de chocolate Dubái, bombones premium con pistacho, postres que mezclen tradición árabe y técnicas europeas. Además, su textura, ese contraste crujiente del kataifi y funda de chocolate, lo hace ideal para regalar en envolverías selectas, como un presente con aire exótico. Nada de tabletas genéricas: esto va de experiencia, de sensaciones.
Origen, polémica y democratización — lo bueno y lo complicado
El chocolate Dubái plantea también dilemas. Su éxito masivo ha derivado en versiones industriales con grasas alternativas, rellenos artificiales y etiquetados poco claros. En países europeos ha habido debates legales sobre el uso del término “Dubái” para chocolates hechos fuera de los Emiratos.
También existe una crítica de fondo: ¿se ha convertido este dulce en mero ‘hype’ visual para redes, más preocupado por el “cómo se ve” que por la calidad real del producto? Algunos expertos advierten de la saturación del pistacho en repostería, y alertan sobre su “banalización” cuando deja de ser fruto seco tradicional y se transforma en “color Instagram”. Aun así, cuando el chocolate Dubái se hace con conciencia —buen cacao, pistacho de calidad, kataifi real— el resultado puede ser un dulce memorable, diferente a casi todo lo que pruebes.
¿Por qué hablamos hoy del chocolate Dubái?
Porque este dulce representa varias tendencias recientes: la búsqueda de exotismo, la globalización de sabores, la reinvención de ingredientes ancestrales (pistacho, masas orientales), la viralidad digital y la transformación de lo dulce en experiencia.
El chocolate Dubái no es solo una moda pasajera: ha abierto la puerta a una nueva forma de entender los bombones, las tabletas y los postres. Y ha demostrado que, con ingredientes bien elegidos y una historia detrás, un simple bocado puede convertirse en algo que se recuerda.
Si todavía no lo has probado… quizá sea el momento. Y si lo haces, que sea con cacao digno, pistachos de calidad y ganas de dejarte sorprender. Desde Gastronosfera, te invitamos a hacerlo, ¡no te decepcionará!