El restaurante – Taberna Entrefinos presume desde 2013 de proponer cocina honesta basada en una carta donde predomina la gastronomía regional española. En su casa también hay sitio para recetas almerienses que suelen sorprender al turista, como el calamar de potera en aceite o el rape en salsa de almendras. Este restaurante con aire de taberna es una apuesta segura en el centro de Almería.
/ Taberna
A los que nos gusta comer bien, no siempre nos gusta sentarnos a la mesa. Es más, cuando tienes la suerte de conocer al propietario de turno, suele apetecernos mucho sentarnos en la barra siempre que se pueda. Es así como tienes la oportunidad de que te lo cuenten todo en primera persona, bien desde la barra o bien aprovechando las salidas del cocinero.
Alguien dijo una vez que las oportunidades no se esperan, sino que se crean, y quien conoce a una persona emprendedora sabe que esta es una parte de su filosofía vital. Precisamente esto, lo de crear oportunidades, es una de las cosas que han marcado la trayectoria profesional de Patricia Díaz y Peter Gomes, los propietarios de Ajhito, una izakaya que abrieron en el centro de Jaén hace un año.
Al adentrarnos en Casa Montilla, uno tiene la sensación de haber dado con un establecimiento que lleva toda la vida funcionando: salta a la vista su arraigada propuesta de cocina y su cercanía con el cliente. Sin embargo, Antonio Montilla, un joven de apenas 32 años, junto a su pareja Nazaret, también apasionada de la gastronomía, abrieron esta taberna justo unos días antes del estallido de la pandemia.
Conseguir unas croquetas líquidas no es tarea fácil: el proceso conlleva vigilar mucho la bechamel, equilibrar muy bien la receta, conseguir una fritura cuidadosa y no morir en el intento. En Dis Tinto Taberna, situada en la Calle Medinaceli de Madrid, estas croquetas líquidas se han convertido en su plato más vendido y en un icono de su oferta gastronómica.
Que la oferta de restauración de Castelldefels no tiene nada que envidiar a la de Barcelona es algo que sabemos desde hace tiempo. Rica, variada y con vistas al mar, conquista todo tipo de paladares. Entre los artífices de la explosión gastronómica que ha vivido la localidad en los últimos años se encuentra, sin duda, Tibu-Ron Group.
Que Hideki Matsuhisa es el mejor sushiman que ejerce en nuestro país (y desde luego el más divertido) es una opinión generalizada entre los conocedores de la genuina cocina japonesa. Desde que en el año 2001 abriera un modesto restaurante llamado Shunka en el Barrio Gótico de Barcelona, Hideki se convirtió en una referencia no sólo en la capital catalana sino en España entera.
Conocí a Dani Carnero en el restaurante Galatino de Granada hace unos quince años. Era el gran momento de la cocina de vanguardia y un cocinero joven tenía que estar a la altura de las circunstancias y del momento. “Deconstruir” platos de la cocina tradicional, siguiendo la genial estela bulliniana era la consigna que se autoimponían muchas veces cocineros inquietos y bien formados.
A pesar de su, relativamente, corta historia –el Mentidero se fundó en el año 2004–, esta taberna granadina está llena de historia gracias a la figura de “Chico” Fernández. Imprescindible e inquieto personaje, de esos que se apuntan a un bombardeo, pero no a uno cualquiera.
En mayo de 2012, el hiperactivo (en el mejor sentido del término) cocinero Carles Abellan, junto al empresario Javier Cotorruelo y con la participación del joven cocinero Toni Romero, pusieron en marcha el restaurante Suculent en la barcelonesa Rambla del Raval. Antes de cumplir los dos años de vida podemos dar fe de su éxito total y merecido, con unos sabrosos platos creados con óptica moderna a partir de recetas tradicionales.
El apellido de Pedro y Luis, y también de un restaurante vinoteca pensado por y para ellos. Estos dos hermanos son el “tanto monta……” de esta casa donde el vino y la cocina tradicional bien hecha se han convertido en cómplices y en pareja inseparable y el lugar de encuentro donde acuden muchos fieles que se saben acogidos con la calidez de dos profesionales que cuidan su clientela.
Es fácil verlos correr de un restaurante a otro porque entre las dos tabernas Arzábal sólo median unos pocos metros y unos pocos meses en su apertura. Tal fue el éxito del proyecto que iniciaron Iván Morales y Álvaro Castellanos en mayo de 2009 con su primera taberna en la calle Doctor Castelo de Madrid que en septiembre de 2010 abrían en Menéndez Pelayo la segunda con más espacio y pasando de 8 a 26 empleados.
Los bodegones de pimientos, limones y berenjenas ya se han convertido en un clásico de La Pequeña Taberna, situada muy cerca de la Plaza San Juan de la capital murciana. Este restaurante presenta, a priori, tres de las condiciones más demandadas por los comensales de la ciudad: un espacio bonito y cuidado, un servicio apropiado y un producto de temporada que se revisa todos los días en una de las principales plazas de abastos de la Región.
Fuera de toda duda, no serían éstas las primeras líneas que se escriben, cual alegato, a favor de estos lugares, de esta forma de vida. Y, en especial, de un tiempo a esta parte. Desde luego, en los últimos meses y/o años vemos frecuentemente manifestaciones a favor de esta forma de vida (porque en la opinión de uno lo es) y de su compañera de fatigas, la tapa. Siempre bien acompañados de su vermut o caña. Hace poco, otro gran rastreador de lugares de buen comercio y bebercio, David, lo resumió como nadie.
Tenía muchas ganas de charlar con Pepe Cobos, fundador de la mítica taberna malagueña El Pimpi, uno de esos lugares mágicos que surgen muy de vez en cuando, conocido en casi todo el mundo... y fruto de una auténtica casualidad, como nos comentó Pepe a lo largo de una más que apasionante conversación.