Falafel: qué es, historia y recetas
¡Ah, el falafel! Ese manjar crujiente por fuera, tierno por dentro, que no sabe de fronteras ni culturas y ha conquistado tanto a ‘veggies’ como a los más carnívoros. ¿Quién puede resistirse a un buen falafel casero? Desde las bulliciosas calles de Estambul hasta los döner en Barcelona, este bocadito se ha ganado su lugar en el corazón de la cocina del Medio Oriente —y de un tiempo a esta parte, en la nuestra—. Tanto, que cada 18 de junio se celebra el Día Internacional del Falafel para celebrar el impacto global de esta receta.
Cuando vamos en busca de dürüm a nuestra kebaberia de confianza —ese suculento manjar de la antigua Persia que popularizaron los migrantes turcos en la Alemania de los 70—, el falafel nos llama desde el escaparate al puro estilo croqueta española. Pero, ¿qué es exactamente este manjar? ¿De dónde viene? Y, lo más importante, ¿cómo hacer una receta de falafel casero que te deje con ganas de más?
Para celebrar su especial efeméride, desde Gastronosfera venimos a sumergirte en su delicioso mundo, que no solo es un festín para el paladar sino también un plato saludable lleno de sabor.

¿Qué es el falafel?
El falafel es una bolita aplastada, frita u horneada, si quieres hacerlo aún más 'healthy’, hecha a base de garbanzos y especias. Es una de esas recetas que se puede encontrar en las esquinas de mercados y restaurantes de todo el mundo, pero que tiene sus raíces firmemente plantadas en la cocina del Medio Oriente, con una historia que se remonta a miles de años.
Si bien la historia del falafel no es clara, hay algo que sabemos con certeza: este manjar lleva en nuestros paladares siglos. Se cree que el falafel nació en Egipto, donde originalmente se hacía con habas en lugar de garbanzos. Con el tiempo, el falafel fue adoptado en diferentes partes de Oriente Medio y se convirtió en una parte esencial de la cocina de países como Líbano, Siria, Palestina y Jordania, cada uno con su toque y versión propia.
Aun así, lo más curioso de todo es que, a pesar de su antigüedad, el falafel ha experimentado un auge en la última década asombroso. Ya no solo se disfruta en el Medio Oriente, sino que se ha convertido en un bocado global, especialmente por la proliferación de la población vegana. De todas formas, no hace falta ser ‘veggie’ para saber que en los tiempos que corren las personas buscan cada vez más opciones basadas en plantas y alimentos eco. ¿Cuál mejor que él? y el falafel vegano se adapta perfectamente a esta tendencia. ¿Quién iba a decir que una receta tan sencilla podría tener tanto impacto?

Receta de falafel casero: cómo hacerlo en tu propia cocina
Si alguna vez te has preguntado cómo hacer un falafel casero que realmente tenga ese toque crujiente y delicioso, ¡no te preocupes! No necesitas ser un chef profesional para preparar este plato en casa. Además, el falafel es uno de esos platos que saben a hogar, a cuchara de abuela. ¡Podríamos decir que son las croquetas de nuestros hermanos turcos! Así que, menos miedo y más maña, aquí tienes una receta fácil para hacer tu propio falafel:
Ingredientes:
- 1 taza de garbanzos secos (no en lata)
- 1 cebolla mediana, picada finamente
- 2 dientes de ajo, picados
- 1/4 taza de perejil fresco, picado
- 1/4 taza de cilantro fresco, picado
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de cilantro molido (opcional)
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de pimienta negra
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 4-6 cucharadas de harina (puedes usar harina de garbanzo para una versión sin gluten)
- Aceite para freír
Elaboraciones:
- Colocar los garbanzos en un bol grande con suficiente agua para cubrirlos y dejar en remojo durante al menos 12 horas. ¡Paso importantísimo! Un falafel casero no funcionará bien con garbanzos enlatados —llevan demasiada agua y resultan demasiado blandos—.
- Después de que los garbanzos estén remojados, escurrir bien y poner en un procesador de alimentos. Añadir cebolla, ajo, perejil, cilantro, especias, sal y pimienta. Procesar hasta obtener una masa.
- Agregar bicarbonato de sodio y volver a mezclar bien.
- Formar pequeñas bolitas o discos con las manos. La masa debe ser pegajosa pero manejable. Si se siente demasiado húmeda, añadir un poco más de harina.
- Freír durante 3-4 minutos hasta que estén dorados y crujientes por fuera, pero tiernos por dentro.
- Escurrir sobre papel absorbente.
- ¡Y listo! Ahora, disfrutar de un delicioso falafel casero perfecto para poner en un pita, acompañarlo con una salsa de yogur, o disfrutarlo sobre una ensalada fresca.
El falafel es mucho más que un simple plato del Medio Oriente. Es un símbolo de la cocina del Medio Oriente que ha viajado por todo el mundo y se ha adaptado a diferentes paladares y necesidades alimentarias. Ya sea que lo disfrutes como un falafel casero hecho en casa o como un falafel vegano en tu pita, no hay duda de que este plato seguirá conquistando corazones y estómagos en todo el mundo. Y lo mejor de todo: ¡es delicioso y saludable!
