/ Restaurantes en madrid

A Jaime Anasagasti le cambia el tono de la voz cuando empieza a hablar de lo importante que está siendo esta vuelta a la nueva normalidad. “Hemos regresado pero con mucho cuidado. En todo momento tenemos muy presente la actual situación que se está viviendo, nuestra prioridad sigue siendo la salud de todos los que nos visitan”, explica el cocinero madrileño, que a pesar de todo tampoco ha desaprovechado los días del confinamiento. “Le hemos dado un giro a la página web, que ahora incluye una pasarela de pago personalizada, y estamos en vías de potenciar el delivery”, continua Anasagasti.
“Obvio pollo”. El lema de Rooster no deja lugar a la duda. Aquí se viene a comer pollo, en deliciosas hamburguesas, crujientes alitas o alternado con gofres, un verdadero manjar para todos los amantes de hashtags como #foodporn, #foodie, #foodlover o #chickenbeats.

Probablemente no nos creas si te decimos que al lado del paseo de la Castellana, en Alberto Alcocer, tienes un parque urbano de más de cien olivos y nueve mil metros cuadrados de paraje verde. Pero es así. Esta deliciosa anomalía es el Olivar de Castillejo, un paraje histórico con más de cien años de antigüedad. Durante el verano el lugar acoge conciertos de música clásica, en pequeñas formaciones de artistas noveles, y una barra de productos selectos y buen beber gestionada por la gente de El Escondite.

No llegaba a cincuenta metros el diminuto local con el que Santiago Pedraza y Carmen Carro comenzaron su andadura en el siempre difícil mundo hostelero de la capital. Aquello fue en abril de 2014. Un año y medio más tarde ya tenían que mudarse al local contiguo, mucho más amplio, ante el éxito de su propuesta.

En estas fechas en las que parece que tenemos algo más de tiempo para pensar y reflexionar, resulta gratificante echar la vista atrás y recordar el comienzo de una de las parejas mejor avenidas de la gastronomía madrileña. Fue en la primavera de 2009, con un equipo de cinco personas y poco más de seis mesas, cuando abría sus puertas Taberna Arzábal. En aquel momento, la zona de Retiro comenzaba a despegar como una nueva milla de oro culinaria.

Parece que el 'delivery' ha llegado para quedarse en esta Nueva Normalidad que nos espera a la vuelta de la esquina. Estos días de confinamiento están permitiendo ver cómo algunos restaurantes y pequeños comercios se van adaptando al insólito panorama. Algo excepcional que también está ayudando a que los usuarios conecten con muchos de esos lugares que formaban parte de sus vidas hasta hace solo siete semanas.
José Luis García Berlanga, hijo del gran director de cine, elabora unos arroces muy notables, protagonistas de una carta basada en la tradición mediterránea.

No para de aumentar la oferta de barras en el barrio del Retiro madrileño. Se suceden las aperturas, aunque no siempre están a la altura en cuanto a nivel de calidad. La última, por el momento, se llama Hermanos Vinagre y llega de la mano de los hermanos Valentí, Carlos y Enrique, con una larga trayectoria en el mundo de la cocina y de la hostelería.

Fabada, lentejas, cocido madrileño... Aquí te damos una lista de los mejores platos de cuchara de Madrid. ¿Con cuál te quedas?

Panadería, pastelería y dos estilos de restaurante. Maison Mèlie ha desembarcado en el centro de Madrid con un proyecto que combina una boulangerie y una pâtisserie con un restaurante que al mediodía ofrece una carta estilo brasserie mientras que, para cenar, el local se transforma para brindar una carta bistronómica. En ambos casos con productos y elaboraciones tradicionales de Francia. El origen de esta Maison está en el panadero Mélie Denancé, quien fundó su propio obrador en 1894 en Honfleur.

La zona de Madrid que se abre hacia el Barrio de las Letras, a espaldas de la plaza de Neptuno, cuenta con una amplia oferta de bares para el tapeo. Uno de los más recientes, poco más de un año de vida, es Distinto, un espacio que busca recuperar el espíritu de las viejas tabernas madrileñas, pero con una visión muy actual. Una tendencia que se impone en la capital, donde jóvenes empresarios o cocineros conservan la filosofía, la estética y en buena parte el recetario de las tradicionales, dándoles un aire más moderno.

Madrid es un bosque de terrazas. A los madrileños les encanta comer o tomar algo al aire libre. En la calle, en jardines y patios interiores y, la moda más reciente, en azoteas, encontramos una oferta muy variada, para todos los gustos y bolsillos. Sin embargo no en todas el nivel de calidad es el deseado. En esta pequeña selección recogemos algunas en las que además de disfrutar de los espacios abiertos encontrarán un nivel de cocina más que satisfactorio.
Nueva taberna que tiene en la gastronomía del norte de España sus señas de identidad. Tapeo donde abunda las ensaladillas, los pintxos, los entrepanes y las tablas a precios más que comedidos. Su terraza, en estas fechas, se ha convertido en un imprescindible de la zona.

El boulevard de Juan Bravo en primavera es un festival de sensaciones. Pasear por esta histórica avenida madrileña también permite hacerse una idea de por dónde van los nuevos gustos gastronómicos de la ciudad. En el número 23 se sitúa Pólvora, al que después de unos meses de rodaje nos acercamos para conocer su carta y entrevistar a Gonzalo Sainz, un cocinero que está empezando a dar que hablar en los círculos más mediáticos.

Lo han querido llamar slow fast food, dando a entender que la gastronomía informal que practican no deja de lado lo saludable y natural. Y parece que han acertado. Nibble es uno de esos espacios que por el bien de todos debería existir en toda ciudad moderna que se precie. “Nuestro objetivo es que todo el que pase por aquí pueda disfrutar con la comida de la forma más desenfadada posible”, explican Luis Miguel, José y Diego, los artífices de este nuevo restaurante ubicado en el Paseo de la Castellana, a la altura del número ochenta y nueve.

Seguramente todos ustedes han oído hablar de El Capricho, un auténtico paraíso para los carnívoros. Situado en un pequeño pueblo de León, Jiménez de Jamuz, muy cerca de La Bañeza, célebre por su alfarería y ahora por ser lugar de peregrinación de comensales de todas las nacionalidades, alertados por lo mucho y bueno que se ha publicado sobre esas carnes en los más importantes periódicos y revistas del mundo.

Vivimos un momento especialmente dulce dentro del mundo de la restauración. Pasados los tiempos de la burbuja, es ahora cuando mejor se puede apreciar todo lo que han aprendido cocineros y restaurantes. No es de extrañar que una noche cualquiera las opciones buenas y muy buenas se hayan multiplicado en este último año. Una de las aperturas más sonadas, por propuesta escénica y gastronómica, seguramente sea Bule Bule.

Con cebolla o sin cebolla, más o menos hechas... Hoy te traemos una selección de las mejores tortillas de patata de Madrid.
Cada año abren mas locales. Muchos de ellos apuestan por un cuidado diseño de interiores donde, además de la oferta culinaria, se imprime una cierta personalidad al espacio. Un trabajo mano a mano con interioristas y decoradores que no pasa inadvertido. Lugares en los que no solo comerás de lujo, sino que podrás hacer de tu Instagram un espacio más radiante y atractivo.
Aquí te nombramos 10 sitios para degustarlos en la capital madrileña:
Las bravas son la tapa española por excelencia. Picantes, suaves, con alioli... ¡Hay para todos los gustos! Aquí te nombramos los mejores sitios para degustarlas en la capital madrileña:

Aunque parezca mentira, la cocina italiana es una gran desconocida entre nosotros. Lamentablemente una mayoría de españoles sigue asociándola con una comida barata, de pasta, pizza y algunos postres como el tiramisú. Un error, porque cada región de Italia posee sus productos y su recetario propios, con enormes diferencias entre el sur y el norte, marcadas por la geografía y por la historia. Apenas tiene nada que ver la cocina del Véneto con la del Golfo de Nápoles. Poco a poco vamos aprendiendo.

Te desvelamos los mejores restaurantes de la capital para que puedas disfrutar de este molusco.

La moderna gastronomía vasca, especialmente la que se conoció como “cocina en miniatura”, debe mucho a los hermanos Santamaría, Jesús y Mikel. En 1996 crearon el grupo Bokado, principal impulsor de esa alta cocina de los pinchos. En estas dos décadas el grupo ha orientado su actividad principal al mundo del catering y de la celebración de todo tipo de eventos, aunque mantiene dos restaurantes en la capital guipuzcoana, uno en el Aquarium de la ciudad y otro en el Museo de San Telmo.