/ Restaurantes en la costa brava

Platos para compartir con una cuidada puesta en escena, técnicas de alta cocina y presentaciones originales y creativas que sorprenden al cliente. Studio 66, un local inspirado en el mundo del cine abierto hace más de un año junto al barrio de los Pescadores de Lloret de Mar, ha iniciado una nueva etapa añadiendo nuevos platos a su potente carta. Tras los fogones está David Gou, que durante más de cuatro años trabajó con el estrellado Albert Adrià, al que homenajea con algunas de sus elaboraciones como el cheescake o el pulpo crujiente.

Paisaje abrupto, olores y sabores marinos, percibo la Mar d’Amunt desde que, hace 34 años, Paco Pérez, se hizo cargo del restaurante fundado por los abuelos de Montse Serra, su esposa y directora de todo, que ha conseguido una gran sala, apoyada por Manel Espinet y Toni Gata. Hoy cuenta con dos estrellas en Llançà y tres más entre Barcelona y Berlín, con lo que es el chef catalán con más estrellas Michelin.

Desde los históricos ventanales de La Taverna del Mar se observan las aguas de la bahía de S'Agaró, un emblema del turismo de lujo de principios del siglo XX. Unas vistas cautivadoras que mejoran con su cocina marinera, basada en la calidad del pescado fresco y del marisco de la zona.

Todo empezó hace tres años cuando la familia Rom compró un chalet a orillas de la playa del Salatá que ha convertido en un restaurante de dos plantas muy luminoso, con privilegiadas vistas al mar y donde predomina la piedra, el hierro y la madera. La planta baja, con capacidad para 45 comensales y un espacio de terraza, abrió el pasado 17 de junio como taberna y de cara al próximo año se inaugurará el restaurante gastronómico en la planta superior.

Una cocina informal, pero de mucha calidad, divertida, pero muy trabajada; con el pescado y los arroces como protagonistas y pensada para compartir en un lugar tan idílico como la playa de Sa Tuna de Begur. Estos son algunos de los rasgos que definen el restaurante Sa Tuna que desde hace solo tres meses dirige Rosa Maria Jubany, miembro de una destacada saga de restauradores y que también está al frente de la Masia del Solà en Monistrol de Calders.

"El producto que entra en casa siempre es de la mejor calidad, es la base de nuestra cocina". Con esta declaración de intenciones, Calsina deja claro de entrada el secreto de su propuesta gastronómica. Calidad máxima y siempre que puede extraída de un entorno de km 0.

La familia Rom, dedicada a la hostelería y propietaria también de dos pequeños hoteles en Roses y del Restaurante Rom, junto al paseo marítimo, ha abierto recientemente en la plaza Catalunya La Bodega, un local de tapas elaboradas que funcionará durante todo el año.

A nueve kilómetros de Roses y siguiendo la carretera que lleva hasta el antiguo restaurante El Bulli de Cala Montjoi (donde actualmente se levanta el nuevo proyecto gastronómico de Ferran Adrià, el BulliFoundation) encontramos otras pequeñas calas alejadas de la masificación turística y con unas vistas espectaculares del privilegiado entorno en que se encuentran. Uno de estos lugares es cala Pelosa, situada al abrigo del cabo Norfeu, a veinte minutos en coche del centro de Roses.

El Ona Roses Beach Bar es mucho más que un chiringuito de playa. De día, ofrece cocina 'casual' de calidad, desde hamburguesas a ensaladas pasando por los curris -dicen sus propietarios que son los mejores de Girona- a nachos, y de noche se transforma en local de copas, con una amplia oferta de cócteles de autor y en el que se puede oír la música más actual. Dos locales en uno con unas vistas privilegiadas sobre la bahía de Roses.
Cada verano desde hace siete años, el joven coctelero Manel Vehí transforma el histórico Bar Boia de Cadaqués en el Boia Nit, un local que a partir de las 7 de la tarde y hasta las 3 de la madrugada sirve todo tipo de combinados, entre los que destacan una cincuentena de cócteles de autor donde este experto en mixología juega con técnicas de la alta cocina como los aires, las espumas o diferentes texturas.
En la variedad radica el éxito del restaurante Llançà Port, situado en la Costa Brava, en primera línea de mar. Un amplísimo menú formado por treinta primeros y treinta segundos permite elegir entre una gran variedad de propuestas de cocina mediterránea y casera en la que destacan los platos de pescado.
Un emplazamiento privilegiado y una oferta gastronómica basada en una amplia variedad de platos muy abundantes de cocina mediterránea e italiana son las señas de identidad del Esculapi, un restaurante que nació hace casi cuarenta años en el corazón de Sant Martí d’Empúries, junto a las ruinas griegas y romanas visitadas cada año por miles de personas y también de las magníficas playas de la zona.

La terraza y el comedor del restaurante Oreig simulan ser una barca vieja salida del mar, con el casco despintado por el embate de las olas. "Hemos querido traer el mar a dentro del local", explica Josep Maria Malé, propietario de este negocio que, desde su apertura en verano de 2015, está especializado en cocina japonesa y mediterránea. Precisamente el mar es el gran protagonista de la mayoría de platos que salen de su cocina, tanto los de raíz asiática como los de la carta de proximidad.

Carnes de importación tratadas con cuidado, tiernas, cocinadas en su punto justo. Can Kiku nació como carnicería y eso se nota en la calidad de su producto. Pero cuidado que la carta se ha ido refinando y ahora apuesta en firme por una cocina gastronómica a base de platillos y tapas de temporada. Gourmets: ¡vale la pena acercarse a Sant Feliu de Guíxols!
Elaboradas tapas con productos de calidad y una apuesta decidida por el Km0 son la base de la nueva carta del Marítim, un histórico local situado frente a la playa de Cadaqués, punto de reunión desde hace décadas de artistas e intelectuales. Su excelente cocina confirma que en según qué chiringuitos de playa, y este es uno de ellos, se puede comer muy bien.

Con sólo 22 años su cocina tiene una chispa difícil de encontrar en chefs de su misma edad. Su paso por la prestigiosa escuela de hostelería Hofmann y compartir fogones con el triestrellado Joan Roca, del Celler de Can Roca de Girona o Fina Puigdevall, de Les Cols de Olot (2 estrellas) han forjado la personalidad culinaria de Víctor, que hace apenas tres meses decidió abrir su propio negocio en el local ocupado anteriormente por el restaurante Bocca.

En verano apetece hacer una escapada al Ampurdán, recorrer las calas de la Costa Brava y comer pescado de calidad.

Aiguablava es una preciosa cala que resume como pocas las características icónicas de la Costa Brava, acantilados y salientes rocosos interrumpidos por menudas extensiones de arena en las que abandonarnos al estado vacacional rodeados de belleza. En el acceso a la playa encontramos Toc al Mar y su terraza-comedor con vistas a la felicidad.

Ubicado en el privilegiado Far de Sant Sebastià (Llafranc, Girona) con unas inmejorables vistas de la Costa Brava encontramos Far Nomo, el último proyecto del Grupo Nomo, con una carta que apuesta por la fusión de la cocina tradicional japonesa y las recetas mediterráneas.
Una cala de la Costa Brava por el que no ha discurrido el tiempo y dónde olvidarse de los turistas. Cala Banys, con sus árboles exóticos y sus vistas al mar, te invita a tomar un aperitivo de lujo.

 

La Costa Brava está llena de lugares magníficos, de rincones encantadores, de atalayas con vistas privilegiadas, de edificaciones medievales que todavía se conservan como testigos de nuestra historia… Pero hay un puñado de lugares que reúnen en sí mismos todas las condiciones mencionadas para convertirse en espacios sublimes.

Durante los 14 años que compartieron cocina con Ferran Adrià en elBulli, Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, jefes de cocina y pastelero del restaurante, respectivamente, se habían planteado a menudo cómo desarrollar un proyecto en común. La ilusión les corría por las venas y, con el cierre de elBulli y el inicio de la Bulli Foundation, consideraron que era el momento de lanzarse a la aventura.