/ Parrilla

En las afueras de San Sebastián, Aitor Manterola preside sobre las brasas de sus parrillas y cocina todos los días basándose en sus décadas de experiencia en Patxikuenea. El secreto de este restaurante, abierto desde hace 50 años, es materia prima, como bien dice cualquier cocinero con valor, pero también el buen trato y servicio familiar — la txuleta perfecta y el pulpo asombroso son efectos secundarios.

Cuando se toma la decisión de ir a un restaurante y se escoge un asador, hay muchas posibilidades de que en la carta brillen con una luz especial las letras que componen la palabra chuletón, que viene a ser sinónimo de homenaje, de disfrute y de sensación de saciedad.

El nombre del restaurante KOBA nace de la unión de las primeras sílabas de las palabras ‘Korean Barbecue’, que es justamente la experiencia gastronómica que nos proponen: una barbacoa coreana, con la particularidad de que la cocción de carnes, mariscos y verduras corre a cargo del propio comensal en la parrilla integrada en todas las mesas. Y se disfruta al auténtico estilo coreano, combinando la carne con hojas de lechuga, arroz y salsas tradicionales (de cacahuete, frutos secos o barbacoa, dulces o picantes). 

Con un trato familiar y producto local, Gozkoetxe se ha ganado a su clientela a base de brasa volcánica, grandes raciones y cercanía.
¿Has oído hablar de este método de asado? Proviene de Japón, tiene mucha historia y promete sabores auténticos y espectaculares.

A escasos metros del Camino Francés a Santiago, en la localidad lucense de Sarria, se ubica Cinza e Lume, un restaurante que ha elevado sensiblemente la calidad gastronómica no sólo de la oferta local, sino provincial. Las claves son un servicio esmerado y cuidado por el mínimo detalle, tanto en el apartado meramente gastronómico como en todo lo que puede rodear la experiencia de ir a comer a un restaurante.