A un paso de la Gran Vía, Hattori Hanzo llevó hace tres años a Madrid el concepto de izakayas o tabernas japonesas, espacios informales en los que comer pequeños bocados tradicionales que recuerdan a nuestras tapas.
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A mucha gente puede parecerle un concepto extraño. ¿Cómo es posible un restaurante japonés sin sushi y sin cocina caliente? Esa la arriesgada apuesta del joven cocinero y empresario extremeño Borja Gracia, quien a sus 29 años ha pasado bastante tiempo viviendo en Nueva York y en Tokio. En esta última se enamoró de la gastronomía nipona. Descubrió allí platos y sabores que apenas llegan a Europa, la denominada "nueva cocina japonesa", que parte de la tradición y se actualiza de forma creativa, sin fusiones.
Ibán González es la cara más visible de un trio de socios compuesto además por Leire Velasco y Marino Cid. El primero, fue el gerente durante los últimos diez años de vida del restaurante Samurai, un japonés que durante quince años se ubicó en la Cuesta de Santo Domingo, del que precisamente Marino, empresario de otros negocios ajenos a la hostelería, era su cliente. Cuando se cerró el establecimiento, empezaron a gestar la idea de una nueva apertura para no perder lo aprendido y lo disfrutado. Y ahora empiezan a vivir esta emocionante realidad.
Que Hideki Matsuhisa es el mejor sushiman que ejerce en nuestro país (y desde luego el más divertido) es una opinión generalizada entre los conocedores de la genuina cocina japonesa. Desde que en el año 2001 abriera un modesto restaurante llamado Shunka en el Barrio Gótico de Barcelona, Hideki se convirtió en una referencia no sólo en la capital catalana sino en España entera.
Como dice un antiguo proverbio “Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino”. Sin duda, una sabia frase que define a la perfección lo que le ocurrió a Diego Laso, chef y copropietario del restaurante Momiji en Valencia, ya que con tan sólo 23 años viajó a Japón sin saber que allí encontraría su verdadero destino y pasión: la cocina japonesa.
La tenacidad y el respeto por la tradición que forman parte de la filosofía japonesa son valores que caracterizan también a Hideki Matsuhisa, el propietario del restaurante Koy Shunka y de su hermano mayor en la cocina nipona barcelonesa, el Shunka.
Barcelona puede ser Tokio, Kyoto U Osaka. Un sinfín de templos gastronómicos trasladan al comensal a la delicadeza del país nipón sin moverse de la ciudad.