/ Gourmet
Cuando una persona nace con vocación y con el tiempo consigue dedicarse a ella, comienza a vivir la ilusión de un sueño hecho realidad. No importa el tiempo que pase antes de llegar a materializar ese deseo escondido en el cofre personal de los tesoros, porque la ilusión y las ganas son tantas, que la espera merece la pena con creces. Pablo Rutllant es uno de esos soñadores vocacionales que andan por el mundo de la hostelería.
Una clientela afianzada, a pesar de los tiempos de crisis. Esta es una de las ventajas que destaca Ana Ruiz y Quintín Quinsac, al frente de AQ Restaurant de Tarragona, a la hora de responder cómo les ha ido todo a raíz de la llegada del coronavirus. “Gracias a ella, que apuesta por nosotros, estamos aquí. Fue una gran sorpresa que, durante el primer confinamiento, nos apoyaran y nos siguieran tanto en redes sociales”, completa Ruiz.
Los detectives clásicos de la novela negra norteamericana, los Sam Spade o Philip Marlowe surgidos de la pluma de Dashiel Hammett y Raymond Chandler, eran más aficionados a la bebida que a la comida, pero los investigadores y policías mediterráneos en esto marcan la diferencia y siempre se las ingenian por encontrar tiempo para interrumpir sus investigaciones y dedicar un par de horas a comer bien: aquí hemos inventado la figura del detective gourmet.
La oferta de las tiendas gourmet o delicatessen es tan variada como locales existen, pero todas comparten el deseo de ofrecer alimentos de máxima calidad sin límites geográficos ni económicos. Los productos que se seleccionan vienen de todo el mundo con intención de mostrar lo mejor de cada lugar como puede ser la sal de Cachemir. También se valoran los ingredientes ecológicos, orgánicos, artesanales o tradicionales, a la vez que se introducen las apuestas alimentarias más sofisticadas.