Aitor Manterola inició su carrera en el mundo de la cocina al nacer: sus padres fundaron Patxikuenea en 1973, se casaron al año, y al siguiente apareció Aitor. Empezó a ayudar desde muy joven en la empresa familiar, y con 15 años se metió de lleno. El restaurante es un lugar idílico en las faldas del monte Jaizkibel, y las décadas de experiencia se notan, tanto en su cocina como en su sala.