Hace algunas semanas ya glosamos algunas características e historia de las patatas. También sabemos que como guarnición son prácticamente imbatibles así que hoy se trata de situarlas en el centro de la pista, cocinarlas para que destaquen y luzcan merecidamente cetro y corona culinaria. ¡Reinas por un día!
/ Patatas panadera
Las patatas tienen un campo de energía gastronómica particular. Yo las veo algo así como una especie de alimento jedi: muy humilde y a la vez tremendamente poderosas. Pocos alimentos han sido tan importantes en el sustento del populacho paniaguado a lo largo de los siglos en que tristemente el estado natural del personal ha sido la guerra y la hambruna. Además están avariciosamente ricas, pecaminosamente buenas. En los bastante y muchos años que he tardado en criar canas y lorzas de más solo he encontrado a una persona a la que no le gustasen las patatas.
“El bistec, ¿cómo lo quiere, con patatas o ensalada?” ¿Cuántas veces nos habrán hecho esta pregunta al pedir la comida en un restaurante? ¿Y qué hemos pensado? “Buf, no me apetece ni una cosa ni la otra… qué poca imaginación tienen en esta casa!”.