Hace veinte años que abrió sus puertas la Salamandra, parece que fue ayer pero en realidad han pasado dos décadas y muchas cosas que en cierta manera han sobrevolado alrededor de esta sala de conciertos.
Hace veinte años en L’Hospitalet los que gustabamos de disfrutar de la música en directo nos veíamos obligados a cruzar la frontera de Riera Blanca en busca de decibélios y riffs de guitarra en la gran Barcelona.