/ Sala de conciertos
La ciudad de L’Hospitalet (Barcelona) vivió sus momentos de esplendor cultural en la década de los 80, cuando si querías ver buena música en directo debías desplazarte al otro lado de Riera Blanca y podías encontrar sonidos para todos los gustos y prácticamente todas las tribus urbanas se encontraban identificadas.
El próximo miércoles 2 de diciembre aterrizará en la sala Music Hall de Rambla Catalunya de Barcelona la banda americana Cracker, para presentar su último disco “Berkley to Bakersfield” y para celebrar los 30 años de la revista musical especializada Ruta 66.
Zaragoza es uno de los puntos vitales de la música independiente en nuestro país, prueba de ello es que poco a poco le está ganando la partida a ciudades como Barcelona, con una trayectoria más consolidada a la hora de ser sede de giras internacionales.
Desde que en 1959 la película Gidget, con Sandra Lee, puso de moda entre la juventud americana el surf y la saludable y divertida vida que se podía conseguir en las playas de California, donde todo era surfear, bailar y ligar, hasta que en el 2005 se proyectaba la película de Stacy Peralta The Lords of the DogTown, ha llov
Dicen que Santander es una de las ciudades más bonitas de la costa cantábrica. Una ciudad que presume de haberse levantado de grandes catástrofes como la gran explosión de 1893, cuando el buque vizcaíno Cabo Machichaco atracó ilegalmente en el puerto de Santander con 51 toneladas de dinamita y ácido sulfúrico en sus bodegas. Una historia que se refleja muy bien en el tema “Matxitxako” del grupo Tulsa.
En el centro neurálgico de Barcelona –donde se difumina el nudo de autobuses nocturnos de la Ciudad Condal–, concretamente en la Ronda Universidad, que para muchos es el principio del largo regreso a casa tras una jornada festiva, se encuentra el Milano Cocktail Bar, un local especial que esconde en su sótano una paraíso para los amantes de la buena música. Allí se pueden disfrutar grandes veladas de jazz, bossan
Las bandas de versiones son parte de la geografía musical actual, sobre todo las llamadas bandas tributo, que dedican su existencia a venerar la figura de un músico o grupo, prácticamente como calcomanías musicales, algunas con más pena que gloria, todo sea dicho.
Sidecar es un asiento lateral adosado a una motocicleta y apoyado en una rueda, según la definición de la RAE. "¿Ah, sí?", te respondería uno de los muchos musicoadictos que viven o están de paso en Barcelona. Porque para ellos Sidecar es, sobre todo, una mítica y veterana sala de conciertos de la ciudad que el próximo 13 de noviembre cumple 30 años.