/ Restaurantes girona

Cocina rápida, platos combinados y tapas es la base de la oferta gastronómica de La Presó, el bar de La Cellera de Ter que se ha convertido en un punto de reunión para gente de todas las edades gracias a su amplia programación cultural y su sencilla pero a la vez solvente cocina. Disfrutar de un concierto cenando o tomando una copa, de un monólogo o espectáculo infantil merendando o picoteando unas tapas es posible en este negocio familiar, donde hacen parada y fonda muchos ciclistas que transitan por la Ruta del Carrilet, que une Olot y Girona.

En 2011, tres amigos que no provenían del mundo de la restauración pero que tenían la voluntad de iniciar un proyecto común abrieron El Doll, un bar restaurante con una peculiaridad: diez surtidores de cerveza que funcionan a modo de autoservicio mediante una tarjeta prepago. Para acompañar la cerveza optaron por una pareja infalible: las tapas.

En el corazón del barrio más carismático de la ciudad de Girona, el Barri Vell, se encuentra el restaurante Arròs i Peix, que combina una parada de pescado y marisco, como las que podemos encontrar en cualquier mercado, con un restaurante propiamente dicho.

Ubicado en el privilegiado Far de Sant Sebastià (Llafranc, Girona) con unas inmejorables vistas de la Costa Brava encontramos Far Nomo, el último proyecto del Grupo Nomo, con una carta que apuesta por la fusión de la cocina tradicional japonesa y las recetas mediterráneas.

Los que conocemos desde hace años los locales gastronómicos de la capital de l’Alt Empordà, por cierto, comarca referente en la restauración de Catalunya y España como bien demostró el gran Ferran Adrià, tuvimos una gran decepción con el cierre de El Dynàmic.

Una cala de la Costa Brava por el que no ha discurrido el tiempo y dónde olvidarse de los turistas. Cala Banys, con sus árboles exóticos y sus vistas al mar, te invita a tomar un aperitivo de lujo.

La villa de Llagostera se halla en una situación privilegiada en la comarca del Gironès, junto a la carretera que une Girona con Sant Feliu de Guíxols y otras poblaciones y playas de la Costa Brava, como Santa Cristina d’Aro o, algo más lejos, Palamós. A la salida de la población en dirección a Sta. Cristina, junto a la vía verde en que se ha convertido el trazado de la línea de “carrilet” que unía Girona con Sant Feliu, encontramos una masía del siglo XVII.

El jefe de cocina del restaurante El Jardí de Can Marc (Begur) comparte con Gastronosfera una de las recetas de su renovada carta: pasión de codorniz. Una propuesta que combina a la perfección tradición y vanguardia.

Preparación:
- Abrimos la codorniz y separamos los muslos de las pechugas.

- Las pechugas las confitamos con aceite de girasol, tomillo, ajo y romero durante 40 minutos a 90 grados.

El Jardí de Can Marc (Begur) reabre este 2014 con un cambio total de formato y de propuesta, con 'tastets' de autor ideales para compartir.

No existe una fórmula de alquimista, no hay más secreto que el trabajo diario y las ganas de revolución año tras año, para convertir lo que en 1986 era una pequeña brasería en Can Massana, un restaurante que en 2008 fue merecedor de recibir una estrella Michelin. Pere Massana, su chef y propietario, tiene un lema: "renovarse o morir", y está claro que las críticas nacionales e internacionales no están por la labor de dejarle salir de la cocina. Y él tampoco. 

Hasta hace pocos siglos, la cocina silvestre era la que predominaba en las casas rurales de los pueblos, una cocina que dependía de la flora espontánea y de su recolección in situ. Sin embargo, ahora que el campo ha quedado atrás en pro de la ciudad, hemos olvidado completamente el sabor y los olores de muchas plantas y frutos silvestres.