/ Restaurantes en menorca

La palabra "flama" (catalán para "llama") alude al fuego, un elemento central en la cocina del restaurante Flamante. Aquí la brasa se erige como protagonista dando vida a los ingredientes principales en busca del origen y el sabor más auténtico. Junto a su maravillosa oferta gastronómica donde también destacan los arroces y los productos de proximidad de su propia granja, una amplia coctelería de autor anima a los paladares más exquisitos. 

Pins 46 es el último en llegar al pequeño grupo de restaurantes de la familia Caules Arguimbau, que cuenta también con el restaurante pizzería Roma, y cuyo buque insignia es el casi mítico Café Balear.

Cuando abrió hace 2 años en la urbanización playas de Fornells, en la costa norte de Menorca, Isabella fue la sensación del verano en Menorca, por lo novedoso del concepto beach club en la isla y porque sentarte en una silla menorquina, con una copa en la mano o picando algo, mientras el sol se va escondiendo detrás del imponente cabo de Cavallería, es una auténtica delicia.

Materializar un sueño

Hace 30 años Marga Villalonga inició uno de sus sueños, tener un restaurante propio: Ca Na Marga. Para hacerlo realidad compró un chalet en la urbanización Ses Salines, de Fornells, en la costa norte de Menorca y, junto a su marido Jordi Pons, lo transformaron en un restaurante, y abrieron las puertas del restaurante Ca Na Marga en el verano de 1988. Aunque no hay ningún antecedente familiar, cuando sus dos hijos Jordi y Maite crecieron, estudiaron hostelería y se incorporaron al negocio. 

Tere Montesinos estudió Historia del Arte y profesionalmente se desarrolló en el sector de la moda, como Sales Area Manager en VF Corporation (Vanity Fair). Paralelamente obtuvo un grado superior en enología en Alella y perfeccionó sus conocimientos de cocina en diferentes seminarios para cocina profesional. Por su  parte, Aleix  Pagan  es Ingeniero Industrial y se dedicó desde 1995 al desarrollo de proyectos para la industria farmacéutica y alimentaria.

Los orígenes de este emblemático restaurante nos trasladan al puerto de Ciutadella de los años 70, cuando el Cafè Balear era un bar o taberna regentado por la familia Caules, que acogía a la gente del mar a primeras horas de la mañana, antes de salir a trabajar.

Sentarse al sol de noviembre en una terraza en el corazón del puerto de Ciutadella (Menorca), es una gozada, y si es para comer en el restaurante S’Amarador es un lujo… asequible. Esto es lo que me pasó a mí hace unos días. Cuando me senté en una mesa de la terraza, y me trajeron un aperitivo y una cerveza, ya vi que no tendría prisa en marcharme, que quería saborear lentamente el momento, y la cocina de S’Amarador, por supuesto, y así lo hice.

El restaurante se ubica frente a los restos de lo que fue la muralla que rodeaba la ciudad antigua, en un emblemático local totalmente reformado, una antigua fábrica de calzado, “Ca’s Millonari”, de los cientos de pequeñas industrias zapateras con que contaba Ciutadella hace poco más de 30 años. Después de esta reforma, en pocos meses el restaurante Cittadella se ha puesto de moda, y no es de extrañar, porque cuando entras en el local y cuando te sientas a comer o cenar, todo respira calidad y buen gusto.