/ Pere massana

No existe una fórmula de alquimista, no hay más secreto que el trabajo diario y las ganas de revolución año tras año, para convertir lo que en 1986 era una pequeña brasería en Can Massana, un restaurante que en 2008 fue merecedor de recibir una estrella Michelin. Pere Massana, su chef y propietario, tiene un lema: "renovarse o morir", y está claro que las críticas nacionales e internacionales no están por la labor de dejarle salir de la cocina. Y él tampoco. 

"Esencia, sobriedad, naturalidad, atemporalidad. Es una búsqueda de nuestros orígenes, de la pureza culinaria". Esa es la filosofía de la que Pere Massana quiso impregnar a su restaurante, Nu (desnudo en catalán). De ahí el nombre.

Situado en lo que era La Confiteria Roca de Girona, el restaurante de Pere Massana tiene un único comedor con una capacidad de 38 cubiertos. Su oferta gastronómica se basa en los platos de pequeño formato, raciones para picar y una barra activa.