Un sabor delicado lleno de exquisitos matices, un aroma sutil y delicioso o una tierna jugosidad que realza una elegante textura, son sólo algunos de los atributos que hacen que la carne de Chivo Lechal Malagueño se haya convertido en uno de esos secretos a voces que la gran mayoría conoce. Su fama no sólo se ha extendido por toda España, especialmente por Cataluña, sino que incluso ha traspasado las fronteras europeas, y en países tan dispares como México o Arabia Saudita conocen y aprecian este excelente producto.
/ Jose carlos garcía
La mítica imagen de La Cónsula no es fruto en absoluto de la casualidad. Una gran mansión construida a mediados del siglo XIX que perteneció al Cónsul de Prusia es uno de los ingredientes que contribuyen a ello. Y que la figura de Heminway se vincule a este lugar, alimenta indudablemente la leyenda.
Definida por la Wikipedia como el “proceso de cocción de alimentos por inmersión en un aceite o grasa comestible que está a una temperatura superior al punto de ebullición del agua, por lo general 150 a 200 ° C”, la fritura es una técnica que, cuando está bien elaborada, nos ofrece un resultado maravilloso en el que los alimentos quedan crujientes y dorados por fuera, jugosos por dentro, y la “magia” de no haber absorbido prácticamente nada de aceite.
Con una genética predispuesta para la gastronomía –sus padres siempre se han dedicado a la restauración–, José Carlos García ha sabido evolucionar de manera magistral y podemos afirmar que se encuentra en el mejor momento de su carrera tras dar el salto de Café de París, restaurante familiar situado en la zona malagueña de la Malagueta y con el que consiguió una Estrella Michelin, a José Carlos García, un espectacular local en el Muelle Uno del Puerto de Málaga, que también se ha hecho acreedor de la Estrella más gastronómica.