Conocida como la cocinera de las flores, Iolanda Bustos, chef de La Calèndula (Girona), encuentra los maridajes perfectos a partir de mil y una flores sabrosas que cultiva o recolecta ella misma.
/ Iolanda bustos
Hasta hace pocos siglos, la cocina silvestre era la que predominaba en las casas rurales de los pueblos, una cocina que dependía de la flora espontánea y de su recolección in situ. Sin embargo, ahora que el campo ha quedado atrás en pro de la ciudad, hemos olvidado completamente el sabor y los olores de muchas plantas y frutos silvestres.