El jamón cocido es una preparación cárnica en que la carne se somete a un curado con inyección de salmuera y una posterior cocción en moldes compactos durante nueve horas. La clave de su calidad es la materia prima y un uso responsable de la salmuera y los aditivos: se trata de compensar con exactitud la pérdida de agua durante la cocción. De esta forma se obtiene una textura compacta y un sabor intenso a carne.