Croissants: repasamos los mejores de nuestro país
Es una de las piezas de repostería más habituales y consumidas en España, aunque el origen del cruasán es austríaco y, su fama, francesa. Aun así, en nuestro país se ha convertido en una opción imprescindible en el desayuno, la merienda, el brunch o como aperitivo. El cruasán tiene Día Internacional -el 30 de enero- y es casi una pieza de orfebrería a manos de expertos panaderos, que se afanan por elaborar el mejor cruasán. En el caso del artesano de mantequilla, el mejor de 2020 lo preparan y hornean en la centenaria pastelería Brunells de Barcelona. Crujiente y con un delicado sabor a mantequilla. Sin artificios.
Si seguimos hablando de esta deliciosa variedad de cruasán, elaborada a base de harina, agua, huevo, mantequilla y sal, los de la pastelería Sant Croi by Albert Roca, también en Barcelona, han sido premiados en dos ocasiones como el mejor cruasán artesano de mantequilla. ¿El secreto? Ingredientes de primera calidad, sin aditivos ni conservantes, fermentación lenta y un tamaño y textura ideales.
La pastelería Hofmann merece una mención por sus delicias en formas de corazón. Los cruasanes de mantequilla comparten escaparate con otras variedades, como las de frambuesa, chocolate, frutos rojos o mascarpone, esta última bañada en un almíbar crocante de café. Delicias para los cinco sentidos que acreditan el merecido lugar de esta pieza de bollería.
Los más genuinos: lemon pie, crema catalana y capuccino
La frambuesa también forma parte del relleno de los cruasanes de la madrileña Mama Framboise, una pastelería ubicada en el barrio de Chueca, que también deleita a sus clientes con otros clásicos como el cruasán de mantequilla, el de almendra y el de chocolate.
Volviendo a la capital catalana, La Xocolateria by Oriol Balaguer, en el encantador barrio del Born, también puede presumir de haber ganado el premio al Mejor Croissant Artesano de Mantequilla de España, en 2014. El de mazapán es otra de las especialidades del local, un auténtico universo chocolatero, como su nombre indica.
También en Barcelona, la ciudad con más bollos de etiqueta, la Pastelería Canal presume de haber sido premiada en dos ocasiones por elaborar el mejor cruasán artesano de mantequilla (2016 y 2019). Con más de medio siglo de historia, los cruasanes de chocolate de esta pastelería también tienen club de fans, y las nuevas variedades que han incorporado a su escaparate -como el cruasán de manzana, el de frambuesa, el de chocolate blanco e incluso uno de lemon pie- son una auténtica delicia.
En clave original y genuina, destacan los cruasanes de crema catalana quemada, bañados en almíbar de canela y piel de limón, de La Pastisseria Barcelona, regentada por Josep Maria Rodríguez Guerola, campeón del mundo de pastelería. Aunque su cometido son los pasteles, sus originales cruasanes se han ganado una merecida fama. ¿Te imaginas uno de capuccino, cremoso de café y chocolate? Guerola te lo sirve en su local.
Seguimos nuestro recorrido por Madrid, haciendo un alto en La Duquesita, una emblemática y centenaria pastelería situada en el barrio de Chueca y regentada desde hace unos años por Oriol Balaguer. Los cruasanes de mantequilla, los de chocolate negro y los de chocolate con leche y avellana son un clásico al que ningún cliente puede resistirse. Tampoco podrán hacerlo con los manolitos, como así se conocen a los jugosos minicrusanes recién hechos de Manolo Bakes. A su amplia variedad de cuernos dulces se suman otras tantas versiones saladas. ¿Has probado alguna vez un cruasán relleno de bacalao o de pimientos caramelizados? Propuestas como estas las encontrarás en los más de 10 locales repartidos por la Comunidad de Madrid.
Por toda la Península
Además de Barcelona y Madrid, otras ciudades españolas también ofrecen versiones con pedigrí de estas piezas de bollería. Este es el caso de Le Petit Croissant, un coqueto café situado en Zaragoza que te traslada a París en cada bocado de sus cruasanes artesanos. Al clásico se unen versiones como el de cereales, el de nueces y el de naranja, además de sus elaboraciones saladas, como la de jamón y queso, la de jamón serrano o la de salmón ahumado y queso crema.
Si nos desplazamos más al norte de la Península, llegamos a la emblemática Pastelería Suiza, en Bilbao, un clásico de la repostería, cuya especialidad es el cruasán de almendra. Al otro lado del mapa se halla La Crème de la Crème, una pastelería-cafetería de Sevilla donde sirven desde variedades dulces, como el cruasán de mantequilla y nutella, hasta opciones saladas, como el de jamón y queso. ¡Ya puedes darte un festín en alguno de estos templos prohibidos!