Cocina para soñar

Hoteles y restaurantes se retroalimentan. Los grandes hoteles incorporan prestigiosos sellos culinarios dentro de sus instalaciones mientras que los restaurantes conquistan el mundo del alojamiento. Juntos configuran una nueva propuesta que, aunque tiene su origen en el mundo rural, ha tenido un fuerte arraigo con las ciudades. Un tándem que funciona a la perfección. El Hotel Mandarin Oriental de Barcelona y el restaurante Moments de Carme Ruscalleda comparten escenario y las máximas de lujo, calidad y servicio. El sello de esta excepcional chef había volado directamente desde el restaurante Sant Pau de Sant Pol de Mar (Barcelona) hasta Tokio para sumar entre todos cinco estrellas Michelin. Era raro que no tuviera presencia en ningún estalecimiento de la capital catalana. Cuando llegó la oportunidad ideal, no se lo pensó, dirige el Monuments junto con su hijo, Raül Balam. En el hotel Mandarin Oriental se halla el único proyecto barcelonés de Ruscalleda. En el triestrellado Can Fabes de Santi Santamaria, ubicado en la población barcelonina de Sant Celoni, el restaurante es el claro protagonista. Es un auténtico templo de la alta cocina inaugurado en 1981 que incorporó a su oferta cinco acogedoras habitaciones en 2001 cuando Santamaria se percató de que la evolución de la gastronomía fuera de una gran ciudad necesitaba de una oferta complementaria. Pero en las zonas rurales, la unión entre gastronomía y alojamiento siempre ha existido. De hecho, allí están sus orígenes. Un ejemplo es Els Casals de Sagàs, en el Berguedà. Oriol Rovira está detrás de los fogones, donde elabora una cocina de proximidad. En la población de Girona encontramos el Mas de Torrent, inaugurado en 1988 con la vocación “de ofrecer un servicio de alojamiento y restauración que conformara una experiencia exclusiva y privilegiada", explica Xavier Rocas, director del hotel. En la cocina se encuentra Blai Floresta, que mezcla los productos de temporada que da el mar y los  campos de el Empordà. La Cocina de Els Casals. I a Xerta (Tarragona) hi trobem el restaurant el Torreó de l’Indià. La família López va adquirir una magnífica finca construïda l’any 1882 per habilitar-hi un restaurant i un hotel. El restaurant però, és el clar motor de l’hotel Villa Retiro. El fill petit de la família, Francesc López, és el xef del comples, guardonat amb una estrella Michelin, on elabora una cuina de territori moderna amb reminiscències de gastronomia francesa. Texto de Laia Aranda