Parte indispensable del paisaje culinario riojano, su bravura relega a la alegría, la guindilla autóctona, al papel de escudera. Está en todas las mesas, pero los recetarios la asimilan con cautela, dado su carácter picante.
/ La rioja
Fue codiciada pieza de consumo en los zurrones de los pastores trashumantes y hoy se disfruta con igual entusiasmo acompañado de un buen vino. El chorizo riojano destaca en el amplio surtido español por su adaptación a la cocina (más allá del simple bocadillo) y sus virtudes organolépticas.
Francis Paniego, quinta generación de una familia dedicada a la hostelería, elabora platos de vanguardia a partir del recetario popular riojano.
Logroño es, sobre todo, una ciudad de tapeo. Alrededor de las calles Laurel y San Juan hay una infinidad de bares con barras repletas de atractivos pinchos y raciones para todos los gustos. El tapeo es aquí una forma perfecta de descubrir lo mejor de esa gastronomía riojana, que se basa en la excelente materia prima de la tierra.
Patatas a la riojana, migas de pastor, guisos de alubias, pochas… La gastronomía de La Rioja destaca por sus suculentas y variadas recetas, la mayoría de ellas de larga tradición.
Para disfrutar de sus riquísimas propuestas, 17 restaurantes de Logroño han organizado la 1ª Gastroruta ‘Menús a la Riojana’ (del 24 de octubre al 9 de noviembre).