6 postres con kiwi que están ¡de muerte!

6 postres con kiwi que están ¡de muerte!
6 postres con kiwi que están ¡de muerte!
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La alimentación, dicen, es la mejor medicina preventiva, y por eso hay gente que se come cada mañana un ajo crudo, se bebe un zumo de limón o se come un kiwi, este último porque contiene una enzima que disuelve las proteínas y ayuda a hacer la digestión, facilita el tránsito intestinal y evita el estreñimiento.

Pero también hay estudios que afirman que: ayuda a prevenir el cáncer; reduce el riesgo de coagulación de la sangre y los triglicéridos; reduce el riesgo de degeneración macular de la retina; es poco glucémico y por tanto, recomendable para los diabéticos; aporta ácido fólico a las embarazadas, que ayuda a desarrollar el feto; va bien para la piel; ayuda a controlar la presión sanguínea, e incluso ayuda a dormir. Y lógicamente, es ideal para controlar el peso, por las pocas calorías (40 una pieza media) y la fibra que contiene.

Todo ello sin contar que aporta más vitamina C que las naranjas (92 mg por cada 100 g, más del 150% de la cantidad diaria recomendada), lo que beneficia al sistema inmunológico; también contiene vitaminas K, E y B.

Cien gramos de kiwi nos aportan 9 g de azúcar y 3 g de fibra, 312 mg de potasio, y otros minerales como fósforo, calcio y magnesio. Lo que se llama un superalimento cargado de vitaminas, antioxidantes y minerales.

Como no todo puede tan fantástico, el kiwi es una fruta que, como la fresa o la piña, puede provocar alergias, sobre todo su piel, y también debe evitar consumirlo quien tenga problemas de vesícula o de riñón, ya que contiene oxalato, una sustancia que puede cristalizar en la sangre y ayudar a formar piedras.

De China a Galicia

El kiwi, como tantas otras cosas, es originario de China, pero hace un siglo llegó a Nueva Zelanda y es desde allí de donde llegan buena parte de los frutos que se consumen en España, aunque China sigue siendo el principal productor.

Desde hace años también se cultiva en la península, y pese a que es una fruta que se asocia generalmente a las zonas templadas, le van bien los climas fríos y húmedos; la zona donde se registra la mayor producción de kiwi en España es Galicia, unas 20.000 toneladas al año.

La principal empresa del sector, Kiwi Atlántico, que agrupa a más de 70 productores locales gallegos, se constituyó hace 30 años y presume de que el tipo de suelo y la abundancia de agua dan a los frutos obtenidos en sus tierras unos niveles de azúcar, y por tanto, de dulzura, que no tienen sus competidores.

La época de recolección y consumo del kiwi en España va de octubre a marzo, por lo que ahora estamos en plena temporada.

A la hora de comprar, el tamaño no importa, lo que debemos mirar es que las piezas tengan la piel intacta, sin golpes, y que no se noten blandas al tacto. Se conservan durante bastante tiempo, protegidos contra la deshidratación (por ejemplo, en bolsas), tanto fuera como dentro de la nevera. A temperatura ambiente irán madurando lentamente, y si queremos acelerar esta maduración porque los hemos comprado demasiado verdes, podemos ponerlo los junto a manzanas o plátanos, que desprenden etileno, y en pocos días los tendremos listo para consumir.

En cuanto a la variedad amarilla, que también se encuentra en nuestro país, aparte del color también se diferencian porque el amarillo (gold) es más dulce y aporta aún más vitamina C que el verde.

Mejor no cocerlo en el horno

Los dietistas y nutricionistas nos dicen que la mejor manera de comer la fruta, y por tanto, también el kiwi, es cruda. Pero los cocineros, claro, discreparán y dirán que, como todas las frutas, ésta se puede preparar de muchas maneras sin perder sus propiedades y evitando el aburrimiento.

Lo único que hay que tener en cuenta es que es mejor evitar utilizarlo en postres que vayan a cocerse, porque pierde propiedades.

Si nos queremos comer el kiwi crudo, lo podemos pelar y cortar en rodajas o en dados, pero la manera más fácil y práctica es partirlo por la mitad y utilizar una cucharilla para comer la pulpa, como si fuera un huevo duro. Y si somos partidarios de hacer smoothies, lo podemos añadir a nuestro batido con las hojas verdes (col, espinacas ...) y un poco de agua o zumo de limón.

Si optáis por cocinarlo, os ofrecemos seis recetas para huir de la monotonía y aprovechar todo lo que nos aporta esta fruta.

Recetas

Batido fresco de kiwi

Ingredientes:
  • 1/2 kilo de kiwis
  • 1 l de leche entera
  • 2 cucharadas de hielo picado
  • azúcar moreno (optativo)
Preparación:

Pelamos la fruta y la troceamos, guardando unas cuantas rodajas para adornar.

Ponemos la fruta en el vaso de la batidora, añadimos la leche y el azúcar, si queremos poner, y trituramos. Añadimos el hielo picado y volvemos a batir.

Servimos en vasos altos o copas y adornamos con las rodajas reservadas y unas hojas de menta.

Piruletas de kiwi y chocolate

Ingredientes:
  • 2 kiwis
  • brochetas
  • chocolate de postre
  • almendra picada caramelizada (crocanti)
Preparación:

Deshacemos el chocolate de postre en el microondas o al baño maría.

Ponemos la almendra crocante en un plato.

Mientras, pelamos los kiwis y cortamos la parte central en rodajas de medio centímetro de grosor. Los ensartamos con una brocheta de madera y sumergimos la mitad o más de cada rodaja en el chocolate fundico, dejamos escurrir haciendo girar la brocheta mientras se enfría y, antes de que se acabe de enfriar del todo, pasamos las piruletas por la almendra, para que se pegue bien al chocolate.

Helado exprés de kiwi

Del blog Tapa’t de tapes

Ingredientes:
  • 500 g de kiwis
  • 75 g de azúcar glas
  • 1 yogur natural
  • jarabe y fideos de chocolate (para decorar)
Preparación:

Pelamos los kiwis y los ponemos en el congelador dentro de un táper, un mínimo de dos horas. Media hora antes de preparar el helado, también pondremos el yogur en el congelador.

Pasado este tiempo, ponemos la fruta, el yogur y el azúcar fino en el vaso de la batidora o el robot que tengamos y lo trituramos todo bien fino.

Sacamos bolas de helado con una cuchara especial para helados o con la que tengamos en casa y las adornamos con el jarabe de chocolate y los fideos, o con la decoración que prefiramos.

Mousse de yogur con salsa de kiwi

De Eva Arguiñano

Ingredientes:
  • 3 yogures naturales
  • 100 g de nata montada
  • 2 claras de huevo
  • 4 hojas de gelatina
  • 3 cucharadas de azúcar
  • zumo de un limón
  • agua

Para la salsa

  • 2 kiwis
  • 2 cucharadas de azúcar
  • zumo de una naranja
Preparación:

Batimos las claras de huevo y la nata. Ponemos las hojas de gelatina en remojo con agua fría. Calentamos el jugo de limón y echamos la gelatina bien escurrida; mezclamos bien hasta que se disuelva.

Mezclamos los yogures con el azúcar, batiendo bien, añadimos el zumo de limón y volvemos a mezclar, añadimos las claras y la nata montada y mezclamos otra vez.

Repartimos la mezcla en cuatro moldes individuales y los reservamos en la nevera.

Preparamos la salsa de kiwi triturando la fruta pelada con el jugo de naranja y el azúcar.

Servimos los moldes de mousse de yogur con una capa de salsa de kiwi por encima.

Pavlova

Este pastel de merengue cubierto de kiwi es típico de Nueva Zelanda, pero se ha extendido por otros países y se puede hacer también con otras frutas.

Ingredientes:
  • 3 kiwis
  • 3 claras de huevos grandes
  • 160 g de azúcar
  • 1 cucharadita de harina de maíz (maicena)
  • 1 cucharadita de vinagre de vino blanco

Para la cobertura

  • 100 ml de nata montada
  • extracto de vainilla
Preparación:

En un bol grande batimos las claras con la batidora eléctrica (también se puede hacer a mano, pero cuesta más). A medio montar, añadimos la mitad del azúcar sin dejar de batir, hasta conseguir un punto de nieve bien firme.

Cubrimos una bandeja de horno con papel vegetal y en el centro esparcimos el merengue, formando un círculo del tamaño de un plato de postre.

Llevamos al horno a 130ºC durante 1 hora y media o hasta que el merengue esté cocido, pero sin que se dore. Apagamos el horno, dejamos la puerta entreabierta y esperamos unos minutos a que se acabe de secar el pastel. Retiramos y dejamos enfriar bien.

Montar la nata y añadimos unas gotas de extracto de vainilla. La esparcimos sobre el merengue frío.

Cortamos los kiwis en rodajas y las esparcimos por encima de la nata; también podemos poner algunas frutas rojas o frutos secos picados (pistachos, almendras, avellanas ...).

Hojaldre, crema y kiwi

Ingredientes:
  • 4 kiwis
  • 1 lámina de hojaldre
  • 1 huevo

Para la crema pastelera

  • 1/2 l de leche
  • 3 o 4 yemas de huevo
  • 2 cucharadas de fécula o harina de maíz (maicena)
  • 125 g de azúcar
  • canela, vainilla o piel de limón
Preparación:

Batimos el huevo entero. Pelamos los kiwis, los cortamos en rodajas y éstas las partimos por la mitad.

Ponemos a calentar la leche con un palito de canela, una vaina de vainilla o la cáscara de medio limón, al gusto.

Desplegamos el hojaldre y cortamos cuatro tiras finas que pegaremos con huevo batido sobre los cuatro lados para hacer las "paredes" del pastel. Pintaremos con huevo estas paredes y pincharemos bien la parte interior del pastel para que no suba demasiado. Podemos poner garbanzos u otra legumbre porque con el peso no dejen subir el hojaldre. Precalentamos el horno a 220ºC y metemos la masa, con fuego abajo y el ventilador en marcha, porque con el gratinador se dora enseguida. Sacamos cuando empiecen a dorarse los bordes.

Para hacer la crema, batimos las yemas de huevo con el azúcar hasta que estén bien mezclados, cojan un color blanquecino y aumenten de volumen, añadimos la fécula o harina y, cuando esté todo bien unido, vertemos la leche hirviendo de la que habremos retirado el limón, canela o vainilla. Lo ponemos al fuego y vamos removiendo continuamente hasta que se vaya espesando y hierva; retiramos del fuego y seguimos removiendo unos instantes muy fuerte; dejamos reposar. Esparcimos la crema por toda la base de la tarta y repartimos por encima las medias rodajas de kiwi, formando hileras horizontales o verticales.

Podemos preparar pasteles individuales simplemente cortando el hojaldre en porciones más pequeñas, y también podemos alternar el kiwi con otras frutas para cubrir el pastel.